Según la mitología griega, un pastor trasnochado siempre tuvo el sueño de alcanzar la luna para poder besarla. Su nombre era Endimión y su amor fue correspondido en una cueva cuando Selene, la deidad de la Luna, quedó cautivada por él y le robó un beso.
Ese fue uno de los primeros contactos con ese cuerpo celeste, según consta en los anales de la mitología del Olimpo. Pero siglos después sería Apolo, el dios del Sol, quién llevaría al hombre a la Luna.
Alcanzar la Luna fue el sueño de poetas, argonautas o científicos, y fue la política quien pondría al hombre en el satélite natural de la Tierra en medio de la Guerra Fría, con la misión espacial Apolo.
El programa Apolo, que arrancó el presidente estadounidense John F. Kennedy en 1961, tendría como misión pisar territorio lunar y regresar a salvo a casa, todo esto antes que los cosmonautas soviéticos.
Vuelos no tripulados del Apolo 1 al 6 pondrían a prueba la efectividad de la tecnología empleada.
Desde la misión 7, las naves aeroespaciales transportarían a personas, probando tanto los cohetes de lanzamiento como el módulo lunar, el único en su tipo capaz de operar en el vacío del espacio.
El Apolo 8 lograría orbitar alrededor de la Luna, siendo su tripulación la primera en acercarse al satélite en la Navidad de 1968.
La misión 9 probaría el módulo lunar tripulado y, a su vez, los trajes de los astronautas, así como los procedimientos que le permitirían el alunizaje a un ser humano.
Fue el Apolo 11 la misión que tendría el papel estelar. En una cápsula espacial con el espacio similar al del interior de un auto convencional, tres hombres viajarían a la Luna.
El 16 de julio de 1969, a las 9:32 de la mañana, Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin “Buzz” Aldrin, partieron desde Cabo Cañaveral, Florida, hacia la historia.
El cohete Saturno V los elevaría hacia la estratosfera; nueve minutos después, el Apolo 11 estaría en órbita. La tripulación alunizó el 20 de julio y el resto sería un gran paso para la humanidad.
La misión Apolo visitaría 11 veces la Luna, 12 astronautas caminarían por su superficie y su última misión sería en 1972. Por ello, este programa puede considerarse como uno de los más exitosos de la historia aeroespacial.
Apolo, el dios del Sol, llevaría a los modernos argonautas al satélite. De nuevo, Selene cautivaría tanto a Armstrong como a Endimión, y así ambos alcanzarían a estar en los brazos de la Luna.
jhs