El 9 de noviembre se cumplirán 30 años de la caída del Muro de Berlín, ese hecho histórico unió a familias divididas por una pared de casi 4 metros de altura y cuyo interior estaba reforzado con cables de acero; ese mismo año inició la vida política de Ángela Merkel, fuerte como dicha construcción, y que, a la larga, también cambió la vida de los alemanes… ¿será que dicha fuerza hoy se desmorona?
Luego de participar en el movimiento de izquierda alemán tras la caída del Muro, y de unirse al partido Despertar Democrático, quien fuera canciller de Alemania entre 1982 y 1998, Helmut Kohl (considerado su padrino político), la recibió en su gabinete como ministra para la Mujer y la Juventud entre 1991 y 1994… y su carrera ya no paró, fue un avance constante, casi robótico, sin descanso, algo que quizás hoy le cobra la factura.
Considerada una de las mujeres más poderosas del mundo, en 2018 ocupó la primera posición en la lista de Forbes por su liderazgo al frente de la mayor economía de Europa, convirtiéndola en líder femenina de facto del mundo libre.
¿Qué otras razones pudieron tomar en cuenta para honrarla con dicha posición?, los analistas consideraron el avance que alcanzó en el desuso de la energía nuclear, en las políticas de asilo hacia los refugiados, en la aprobación del matrimonio igualitario.
Fue en 2005 cuando resultó nominada como la candidata oficial de la coalición conservadora alemana: la primera mujer en ocupar el cargo de canciller, siendo reelegida cuatro veces consecutivas.
En octubre anunció que este es su último mandato, el cual finaliza en 2021.
Merkel, quien mañana cumplirá 65 años, ha sido expuesta en los medios de comunicación porque su salud se ha visto mermada en los últimos días: en eventos públicos ha sufrido de extraños movimientos involuntarios.
El periodista Stephan-Andreas Casdorff escribió en el diario alemán Der Tagesspiegel: “Cuando Ángela Merkel tiembla, toda la Unión tiembla”. ¿Será que el tiempo desgasta hasta la fuerza de un muro?