El día de hoy se dio a conocer la sentencia que impuso la justicia de los Estados Unidos a Joaquín el Chapo Guzmán. Por los delitos de tráfico de drogas, lavado de dinero y crimen organizado; se le impuso la condena de cadena perpetua y 30 años adicionales. Durante el juicio —al que se le conoció como el juicio del siglo—, se hicieron señalamientos contra los expresidentes Peña Nieto y Felipe Calderón, quienes fueron acusados de recibir sobornos millonarios.
Este fue un juicio que causó mucho ruido por la figura que representaba Joaquín Guzmán, incluso comparada con Pablo Escobar, como los grandes capos de los últimos tiempos. Desde su captura y extradición en el 2017, hasta su sentencia, no disminuyó de manera importante la violencia en el país. Esto se debió a la política en materia de seguridad que había seguido el gobierno, la cual consistió en el descabezamiento de cárteles, lo que provocaba sólo el reemplazo de figuras. Esto implicaba la disputa por el liderazgo de las organizaciones delictivas, la búsqueda de nuevos mercados y en general, un incremento en la violencia.
Contrario a lo que se venía haciendo, la política actual del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador lo que busca es combatir las causas que originan la violencia, principalmente atacar la desigualdad social. Aunque hace falta retomar otros aspectos, como la regulación de las drogas (como la mariguana y la amapola) y la iniciativa de amnistía. Éstas fueron propuestas que se hicieron en la campaña. Aún hace falta ver resultados de la estrategia en la reducción de la violencia, pues a la fecha se han quedado cortos (esto mismo ha sido señalado por el presidente), pero al menos hay una estrategia distinta.
Lo mediático que fue el juicio ha elevado la figura del Chapo Guzmán en México y en Estados Unidos. Esto es algo que las narcoseries han fomentado. Estos programas televisivos han creado estereotipos de los narcotraficantes como hombres bien parecidos, elegantes, con dinero y rodeados de lujos. Nada más alejado de la realidad. Al respecto hubo un pronunciamiento del canciller Marcelo Ebrard, quién aseguró que las narcoseries son la imagen de nuestro país en el exterior, lo que no hace ninguna justicia. Y es que estas series también hacen parecer a nuestros cuerpos de seguridad como poco capacitados frente al combate a la delincuencia organizada, especialmente a los policías.
En relación con esto último, el día de hoy se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) elaborada por INEGI, del segundo trimestre de este año. La percepción de desempeño de los policías federales, estatales y municipales es más baja en comparación con el Ejército y la Marina. En esta encuesta, se incluyó por primera vez la evaluación que tiene la ciudadanía de la Guardia Nacional (GN). El porcentaje de gente que los identifica es aún muy bajo, sólo el 29% de los entrevistados los ubica, esto se debe a que apenas hace unas semanas comenzó su despliegue. En contraste, la confianza que tiene la gente que los identifica es bastante alta (76%), lo que indica que las expectativas que se tienen de este cuerpo de seguridad son bastante altas. La Guardia será comandada por el Gral. Luis Rodríguez Bucio, quien contará con el respaldo de los titulares de Sedena, el Gral. Luis Cresencio Sandoval y de Marina, el Almte. Rafael Ojeda Durán y de Seguridad Pública, Alfonso Durazo. Estoy convencido de que estarán a la altura del reto.