Le pidieron resumir en pocas palabras el papel de las mujeres en la lucha revolucionaria de Nicaragua de los años 70, pero declinó hacerlo. Estaba sentada en el presidium de un auditorio ante un centenar de personas. No bastan, dijo, pocas palabras para definir el rol de las mujeres guerrilleras sandinistas.
Doris María Tijerino Haslam nació en 1943 en la ciudad de Matagalpa, al norte del país, conocida como “La Perla del Septentrión”, y donde nacieron -ella misma lo presume, orgullosa-, Carlos Fonseca, fundador, y Tomás Borge, histórico comandante, ambos del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En las venas cargaba el gen contestatario: su madre, Doris Haslam Macy, participó en la guerrilla nicaragüense con el general Ramón Raudales, quien en los años 50 era parte del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
A los 18 años ya estaba en las calles en protesta por la visita al país de Milton Eisenhower, hermano de Dwight, entonces presidente de Estados Unidos.
¿Estados Unidos sigue siendo el enemigo de México, de Sudamerica, es un símbolo?
– Bueno, cuando hablamos de Estados Unidos no hay que hablar de términos tan generales, porque quien nos adversa es la administración, hoy es republicano, tal vez mañana pueda ser demócrata, pero el pueblo norteamericano nos ha acompañado también en la lucha.
Lacónica y de gesto adusto, describe poco los aspectos de su vida fuera de la lucha en contra de la dictadura somocista de más de 30 años.
– Estudié Ciencias Sociales en la Universidad Nacional, hace muchísimos años ya.
De sus inicios en la gesta revolucionaria tampoco abunda sobre el asesinato de su primo hermano, Chale Haslam; de su ingreso a las juventudes patrióticas y luego a las socialistas, en los años 60, de sus estancias en la entonces URSS y en Cuba; en la Unión estudia el marxismo-leninismo, y en la isla da a luz a una de sus hijas.
Escribió Juan Villoro alguna vez que las personas se definen por lo que son, pero también por lo que nunca fueron o llegaron a ser. Hoy, Doris tiene 76 años de edad, camina apoyada por un bastón, y con la ayuda de personas que le ofrecen su brazo se sostiene paciente a responder preguntas de seguidores, otros activistas y reporteros, pero las palabras las escoge una a una.
¿Cómo fue su ingreso al movimiento?
– Bueno, como muchas nicaragüenses lo conocí porque tenía amigos que participaban, y como muchos de ellos solicité mi incorporación a la lucha al Frente Sandinista, en 1966.
¿Usted guarda alguna escena, algún momento que la haya marcado?
– A mí me bastó saber de la dictadura somocista, saber de la lucha de Sandino, y por ahí fui.
Se sabe que su compañero de vida, José Benito Escobar, cayó en combate el 15 de julio de 1978, mismo año en que regresa de Cuba y permanece detenida durante varios meses.
De 40 años a la fecha, el movimiento sandinista ha pasado por periodos de debilidad, sin embargo, desde abril de 2018, Nicaragua vive en tensión luego que explotaron manifestaciones originadas por la inconformidad ante reformas del Gobierno de Daniel Ortega al sistema de seguridad social.
La presión -que incluye muertos, heridos, encarcelados y exiliados-, incluso propicio que Ortega revocara los cambios propuestos, así como críticas de varios sectores al interior, y de organismos como la ONU, del exterior.
¿Hacia el movimiento que ha permanecido vivo por 40 años, hay alguna autocrítica?
– Bueno, somos un movimiento revolucionario y como todo movimiento revolucionario auténtico permanentemente está siendo sometido por nosotros mismos a un juicio crítico y valorativo, creemos que vamos bien, vamos por el camino correcto para ver avanzar a la sociedad nicaragüense
¿Cuál es el siguiente paso?
– Creo que vamos a retomar el rumbo económico que teníamos en abril del 2018, y vamos a hacer avanzar al pueblo.
¿Por qué México se identificó tanto con la Revolución Sandinista?
– Porque México en algún momento de su desarrollo significó una luz para los movimientos revolucionarios latinoamericanos y para nosotros en particular. Hay que tomar en cuenta que Sandino trabajó como obrero en la industria petrolera mexicana.
¿Qué falta por hacer?
– Hay muchísimo por hacer, porque la aspiración de nuestro pueblo es llegar a eliminar la pobreza, el analfabetismo, generar mejores condiciones de vida.
Perfil
Doris María Tijerino Haslam
Combatiente de la Revolución sandinista
* En 1990 es electa diputada nacional y ejerce como presidenta de la Asamblea Nacional
* En 1994 es nombrada integrante de la Dirección Nacional
* En 2013 es condecorada por la Asamblea Nacional con la medalla Herrera-Arellano-Toledo
* Hoy es diputada del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y cumple actividades políticas en su carácter de militante del FSLN
Frase
“Desde que me incorporé a la lucha, le dediqué mi vida a la Revolución. Estudié, trabajo, soy representante de Nicaragua en el Parlamento Centroamericano, he sido jefa de la Policía”
LEG