Luego de 30 años de leyenda criminal -comenzó a posicionarse en 1989-, el capo Joaquín el Chapo Guzmán fue sentenciado en los Estados Unidos a cadena perpetua a los 65 años, y le agregaron 30 más de prisión por si dentro de algunos años alguien pudiera conseguirle libertad bajo palabra.
El Chapo es una metáfora de la sociedad y del bajo mundo del crimen. No es ni el más importante ni tampoco era el Jefe de Jefes.
Sus dos fugas de prisiones de alta seguridad lo hicieron famoso en el ambiente social de escasos liderazgos reales.
Pero el Chapo fue un narco, un criminal y un hombre de perversidades. Las circunstancias lo pusieron en el ambiente de la fama mediática. Y a ello contribuyeron la actriz Kate del Castillo y el actor estadounidense Sean Penn, los dos que se reunieron con él y, para su desgracia, dejaron pistas que siguió la Policía para capturarlo en enero de 2016.
Ya dictada su sentencia el miércoles en la mañana, el Chapo pasó a las leyendas clandestinas. No alcanzará la fama. Los negocios de su esposa explotando el nombre serán decrecientes.
Queda, eso sí, el significado del capo en la estructura del poder institucional que lo prohijó y los medios que lo inflaron. El Chapo se consumirá en una celda de siete metros cuadrados, su cártel durará poco y el narco seguirá siendo el gran negocio mexicano.
Con el Chapo se extingue la primera gran generación de los cárteles de drogas nacidos al amparo de la figura del padrino Miguel Ángel Félix Gallardo a mediados de los ochenta. El cártel de Sinaloa se irá extinguiendo.
Queda, también, la estructura de poder del crimen organizado que ha superado el descabezamiento de los 10 principales cárteles, pero que siguen vigentes con relevos improvisados.
El Chapo desaparecerá, pero seguirá vigente el narco.
Zona Zero
· Con la toma de protesta de todo el aparato institucional de seguridad, la estructura a cargo de Alfonso Durazo Montaño quedó completa. Ahora debe venir lo más complicado: como el delito mayor es local, la SSPC debe de intensificar sus presiones para profesionalizar a las Policías estatales y municipales porque los gobernadores y alcaldes se resisten.