Como un recorrido que invita al visitante a conocer o rememorar aquellas edificaciones, calles, unidades habitacionales, campos y conflictos estudiantiles de los años 50 y 60, se presentan las exposiciones Rodrigo Moya México/Escenas y Rodrigo Moya México/Periferias.
El Museo del Palacio de Bellas Artes y el Centro de la Imagen muestran los trabajos del fotógrafo Rodrigo Moya, nacido el 10 de abril de 1934 en Medellín, Colombia, como un homenaje al artista de la lente por su 85 aniversario de vida.
Esa misma edad cumplirá el Palacio de Bellas Artes, el próximo 29 de septiembre, y en ese cruce de caminos hoy dicho espacio cultural es sede de Rodrigo Moya México/Escenas.
El guía Óscar García resumió con claridad: “el público asiste a exposiciones de Diego Rivera, Pablo Picasso y Francisco Icaza, entre otros; pero para nosotros es muy relevante tener una exposición del artista vivo, es algo especial”.
Moya es un fotógrafo que se convirtió en un crítico de lo que estaba pasando en la sociedad de esas décadas y sobre lo cual hizo mucho fotoperiodismo, pero también un testigo de la transición de un México antiguo y estático hacia la modernidad.
Al recorrer las salas Paul Westheim y Justino Fernández del palacio de mármol se hacen claros la arquitectura, las calles y los sitios emblemáticos de la urbe en expansión, así como de la escena cultural en el México de aquellos tiempos.
Uno entra al pasado al ver fotografías en blanco y negro que retratan edificaciones emblemáticas como Telégrafos Nacionales y vecindades del Centro Histórico donde no faltaba un patio con niños jugando.
Para seguir en esa línea se aprecia el Ángel de la Independencia, en una serie que permite sea apreciado desde cualquier ángulo posible, así como los daños que un incendio causó en la Catedral Metropolitana hace 52 años; en sus imágenes Moya muestra el profesionalismo y buen manejo de su cámara fotográfica, de la cual sacó “todo lo que podía”.
El episodio quedó grabado en la historia por la cámara de Moya, quien una vez que los bomberos terminaron su labor, fue el primero en entrar y tomar imágenes de lo que quedó; no había la luz suficiente, pero sus fotos son únicas.
En otra sala del Palacio de Bellas Artes se encuentra la sección de Cultura, donde se exhiben imágenes de obras de teatro y danza, retratos de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, del escritor Carlos Monsiváis, así como la emblemática fotografía de El pistolero.
El recorrido siguió al Centro de la Imagen, que alberga la parte complementaria de esta exhibición bajo el título Rodrigo Moya México/Periferias y que ofrece un panorama del campo y la ciudad en los años 60.
Durante esta parte de la exposición la narradora oral Gabriela Villa invitó al grupo de personas que recorría la muestra a escuchar las historias de las fotografías Bisuterías y Lectura basura, que contó con el permiso del artista de la lente para realizarlo en forma de cuento.
En estas secciones se aborda primero el ambiente de campo, sobre todo de personas, calles empedradas e iglesias con sus bardas de piedra, para luego visitar a la Ciudad de México de los años 50 y principios de los 60, con su imparable evolución.
Es así como se puede ver lo mismo una manifestación, que la imagen en fotomural de un camión vandalizado y en llamas debajo de la cúpula del Monumento a la Revolución.
jhs