El local del diputado francés Romain Grau fue vandalizado este día por integrantes del movimiento “chalecos amarillos” que se manifestaron en la sureña ciudad de Perpiñán, en el hecho más relevante de su protesta semanal número 37.
Durante la marcha en Perpiñán, en la que participaron unas 300 personas, algunos de los manifestantes lanzaron piedras contra instalaciones del banco Societe Generale y posteriormente atacaron el local del diputado Grau, del partido La República en Marcha.
Tras romper las ventanas del local, en el interior comenzó un incendio, el cual fue controlado poco después. Al momento del incidente, el legislador se encontraba adentro del local, pero se habría escondido en una habitación para no ser visto, de acuerdo con la radioemisora local France Bleu.
En declaraciones al canal de televisión Franceinfo, el diputado Grau reveló que presentó una queja ante las autoridades para denunciar que una treintena de personas destruyeron las ventanas de su local y lanzaron gasolina para tratar de iniciar un incendio.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, el ministro francés del Interior, Christophe Castaner, le manifestó su apoyo a Grau y afirmó que se han iniciado las investigaciones “para identificar a los cobardes perpetradores de estos hechos inexcusables”.
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional de Francia, Richard Ferrand, también “condenó” el ataque contra el diputado Grau y escribió en Twitter que “la violencia, el vandalismo y los intentos de fuego no son medios de acción tolerables en una democracia”.
El incidente en Perpiñán fue el hecho que se destacó en la protesta semanal número 37 de los “chalecos amarillos”, que cada vez logra menos afluencia.
El movimiento de los “chalecos amarillos” surgió el 17 de noviembre de 2018, cuando casi 300 mil personas salieron a las calles para rechazar el aumento de los precios de los combustibles, lo que desembocó en otras exigencias como acabar con la desigualdad salarial y la renuncia del presidente Emmanuel Macron.
CS