Por: Guadalupe Juárez 

Desde hace nueve años, los ductos de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex) que cruzan bajo la tierra de Huejotzingo, atrajeron la atención de los delincuentes, aunque era menor a comparación de la que tenía la zona conocida como el Triángulo Rojo.

Pero, ahora, esos ductos no sólo han aumentado la pugna entre grupos dedicados al huachicoleo, sino que han generado que las bandas delictivas diversifiquen su actividad en los delitos de alto impacto, como el robo de vehículo, secuestro, extorsión, asalto a transporte de carga, narcomenudeo y trata de personas, actividades ilícitas develadas tras el asesinato de un delegado de la Secretaría General de Gobierno (SGG), Luis Fernando Tinoco Cervantes.

El hallazgo de su cuerpo en una fosa clandestina en el municipio de Santa María Tianguistengo en Huejotzingo sacó a la luz que en ese mismo sitio podría haber 33 cuerpos más, 21 en otra fosa que se encuentra a unos metros de donde se encontró al funcionario estatal, de acuerdo con el portal Puebla Roja.

En el primer pozo, las autoridades rescataron siete cuerpos –incluido el de Tinoco Cervantes- y se calculaba que había seis más. Los reportes indican que se trata de víctimas de casos de secuestro.

Las primeras versiones periodísticas señalan a la banda de Los Chilangos como los responsables de la muerte del funcionario -de los que ya hay 13 detenidos-, quienes se dedican al secuestro y a la extracción ilegal de combustible en el municipio de Huejotzingo.

Los Chilangos operan desde el 2013 en la zona. Hay registros de su actividad criminal desde el Centro de Reinserción Social de Huejotzingo en ese año, desde donde cobraban cuotas a los demás reos por protección. Otro de los delitos a los que se dedican es al robo de vehículo y a transportistas.

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