La semana pasada corrió la noticia de que la CNTE impondrá, en 6 mil primarias y secundarias en Michoacán, sus libros de historia que enaltecen a Marx, el comunismo y la Revolución cubana (El Universal, 2/8/19). Al respecto, el líder estatal de la CNTE dijo que los libros de la SEP forman “una sociedad (…) desconocedora de su historia (y) de sus derechos humanos”, programada para que “acepte salarios miserables y malos gobiernos”.

 

La educación imparcial no existe. Todos los sistemas enaltecen determinadas perspectivas históricas y ciertos valores sociales. Pero para extender la visión periférica del México liberal, necesitamos modelos que muestren al mundo como es: un lugar inhóspito, complejo y contradictorio. Cualquier otra cosa solo nos educará para subestimar los problemas de la democracia y repetir errores.

 

En términos de historia, área que tanto preocupa a la CNTE, ¿qué enseña la SEP? Por ejemplo, en 6.º de primaria comienzan con historia universal. De arranque, las primeras civilizaciones humanas y la invención de la escritura. Luego a Mesopotamia, Egipto y China. Siguen con griegos y romanos y ven, de nuevo, Mesoamérica (que estudian en 4.º). Cierran el ciclo analizando Edad Media, Renacimiento y la globalización comercial del siglo XVI.

 

Ya en primero de secundaria, los alumnos mexicanos estudian la historia universal de los siglos XIX, XX y XXI. Ahí es donde por primera vez se topan con, por ejemplo, la Revolución cubana. ¿Cómo se aborda esta? Una de las opciones a disposición de las escuelas, “Historia del Mundo 1” (Santillana, 2018, págs. 194-195), llama “dictadura” al régimen de la isla, ya que “nacionalizó los bienes económicos, censuró a la prensa, y limitó las libertades individuales de los cubanos”. Por otro lado, el texto no duda en llamar “dictadura militar” al gobierno de Pinochet en Chile, por su “alto nivel de corrupción y (…) políticas represivas”.

 

Sea de izquierda o de derecha, un dictador es un dictador. Y es intelectualmente sano, y democráticamente edificante, poder reconocerlo con todas sus letras. El problema de textos como los que impondrá la CNTE a miles de niños y jóvenes michoacanos, es que enaltecen a tiranos como los hermanos Castro y hacen apología de sus actitudes antidemocráticas.

 

La educación imparcial no existe. Por lo mismo, el gobierno federal no puede permitir que se eduque a estos jóvenes para la ley del más fuerte y no para la democracia (si no educamos para la democracia, ¿entonces para qué?). Esto no es un tema de rivalidad izquierda-derecha. Esto es sobre formar mexicanos que crean en la supremacía de las instituciones sin importar si promueven, dentro de un marco de leyes democráticas, un Estado social y emprendedor típico de izquierda o una mayor influencia de la dupla sociedad civil-mercado, usual en la derecha. Nos debatimos, pues, entre las balas y las urnas.

 

@AlonsoTamez