Ante los insultos y descalificaciones contra los migrantes de parte del Presidente de EU sólo había silencio. Nadie salía a emitir un posicionamiento, lo que dejaba la impresión entre los fanáticos estadounidenses de que los migrantes estaban solos. Que nadie meterá las manos por ellos. Que son un blanco fácil.

De ahí la importancia de defender a nuestros paisanos. De responder cada insulto de Donald Trump con posturas firmes. A cada descalificación, una respuesta. A cada anuncio de redadas, un extrañamiento y el refuerzo de las medidas legales para defenderlos.

El silencio y la inacción ante los discursos de odio sólo envalentonan a los fanáticos antimigrantes. ¿Qué mensaje se da a esos individuos cuando no sólo no se le reclama con firmeza a su líder por los insultos y acciones que violan los derechos humanos, sino que se le complace en casi todo lo que pide?

Es por eso que resulta tan relevante la respuesta legal, anunciada ayer por la cancillería, ante la masacre en El Paso, Texas.

Respuesta y apoyo que debieron realizarse siempre y de manera firme, por lo que ahora que iniciaron no deben parar.

Ese “más profundo rechazo y contundente condena al acto de barbarie en el que perdieron la vida mexicanos y mexicanas inocentes” debe mantenerse, al igual que las medidas anunciadas para defender a la comunidad mexicana en ese territorio.

Trump es un ser al que no le importa que muera gente si su meta económica y electoral se alcanza. No se puede razonar con él. Y por lo tanto, no se puede convertir a todo un país en su muro, ni endurecer la política migratoria para tenerlo contento, porque nos convertiremos en los personajes de los cuentos infantiles que buscan mantener contento al ogro, para que no manotee.

Porque se ha puesto sobre la mesa un argumento económico para no hacer enojar al Presidente de EU; vale la pena recordar que en los últimos 30 años, como resultado de las políticas neoliberales, México se convirtió en un exportador de trabajadores pobres, que ahora envían dinero a sus familias a la nación que dejaron en busca de una mejor vida.

Sus envíos tienen una importancia tal para el país que impactan en el Producto Interno Bruto, que de no existir afectarían la economía nacional. Las remesas salvan la economía nacional.

Justo ahora que se busca cambiar de régimen no es sano mantener la política entreguista de los regímenes neoliberales. Hay que volver a revisar la propuesta inicial para un nuevo Gobierno enmarcada en el libro del Presidente, escrito, precisamente con las voces de impotencia recogidas en su gira por Estados Unidos, como candidato, en 2017, cuando cuestionaba a Enrique Peña Nieto por callar ante Trump y se mostraba resuelto a “enfrentar la xenofobia y a defender a los migrantes”, como él mismo lo decía.

#¿LoboEstásAhí?

A dos años de la salida del libro Oye, Trump, realizado por el entonces aspirante a la Presidencia, vale la pena revisarlo y pedir el regreso a esa postura antineoliberal. Nuestros paisanos en EU lo necesitan.

LEG