Estados Unidos pidió el martes sanciones internacionales más duras contra el presidente de Venezuela, luego de que congelara activos del gobierno venezolano para redoblar su presión, una jugada considerada “terrorismo económico” por Rusia.
En una cumbre sobre Venezuela en Lima, la capital de Perú, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, subrayó que las autoridades estadounidenses ahora pueden apuntar contra cualquier persona, incluyendo extranjeros, que respalden al Gobierno de Nicolás Maduro.
“Estamos enviando una señal a quienes quieren hacer negocios con el régimen de Maduro: procedan con extrema precaución”, dijo Bolton. “El momento para el diálogo ha terminado. Ahora es el momento de la acción”.
Durante la reunión de representantes de 59 países y de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Unión Europea, Bolton pidió medidas internacionales más duras contra el mandatario socialista, a quien acusó de buscar ganar tiempo entablando negociaciones con la oposición.
Bolton advirtió a Rusia, junto con China una de las dos aliadas más poderosas del gobierno sudamericano, que no preste más ayuda a Maduro. “Maduro está al final de su cuerda”, dijo.
Pero la cancillería rusa respondió que la medida de congelar los activos del gobierno venezolano equivale a “terrorismo económico”, según la agencia de noticias RIA.
Las nuevas sanciones fueron impuestas en un decreto del presidente estadounidense Donald Trump dado a conocer el lunes por la noche.
La reelección de Maduro ha sido considerada irregular por Washington y decenas de democracias occidentales, que reconocieron al líder opositor Juan Guaidó después de que se proclamara presidente encargado citando a la Constitución.
Trump ha exhortado varias veces a Maduro a dejar el poder.
“Estados Unidos está actuando de manera asertiva para ahogar financieramente a Maduro y acelerar una transición democrática pacífica”, dijo Trump. “Le decimos nuevamente a Rusia, y especialmente a aquellos que controlan sus finanzas: ¡No insistan en una mala apuesta!”.
Venezuela sufre una profunda crisis económica marcada por una hiperinflación desde hace varios años, un colapso de sus servicios públicos y un escasez de productos que ha empujado a un éxodo calculado por la ONU en unos 4 millones de personas.
“Esto (las sanciones de Washington) no va en contra de Venezuela, va en contra de un régimen, va en contra de los que hacen negocios a expensas del hambre de los venezolanos”, dijo Guaidó a periodistas en Caracas.
Maduro ha dicho que Guaidó es un títere de Estados Unidos, y acusa a Washington de querer derrocarlo con una guerra económica para apoderarse de las riquezas del país con las mayores reservas petroleras del mundo.
“USURPAR Y SAQUEAR”
Desde Caracas, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, denunció el martes que la nueva medida ejecutiva de Trump busca formalizar un “bloqueo” económico, financiero y comercial en marcha contra el país petrolero.
Con sus medidas, Estados Unidos además está “dinamitando, bombardeando, tratando de implosionar el proceso de diálogo que está en marcha” con la oposición en Barbados, dijo Arreaza a periodistas el martes en la sede de su ministerio.
“Nada ni nadie, ni 1.000 Trump, ni 500 Bolton (…) lograrán que nosotros nos levantemos de la mesa de diálogo a la cual estamos asistiendo de buena fe”, agregó.
Pero de acuerdo con el líder opositor venezolano Julio Borges, después de ocho semanas todavía no ha habido una posición seria por parte del gobierno en las conversaciones.
“Hasta que no haya una negociación seria la presión va a continuar, la presión va aumentar. Nosotros lo que queremos es la búsqueda de unas elecciones limpias”, dijo Borges a Reuters en Lima.
Bolton afirmó en una breve conferencia de prensa que las sanciones cubren todo lo relacionado con el Gobierno de Venezuela y que plantean la pregunta de si un país quiere hacer negocios con Venezuela.
Debido a la orden ejecutiva de Trump, según el canciller venezolano su país no podrá seguir importando productos que se incluyen en un plan de alimentos subsidiados, aunque críticos y opositores dicen que esas compras se hacen desde que comenzó el programa hace tres años a México y Turquía, no a Estados Unidos.
Para la cita de Lima fueron invitados países aliados de Maduro como Rusia, China, Cuba, Bolivia y Turquía, pero estos declinaron participar.
“China y Rusia tienen que entender y poner en una balanza si quieren una buena relación con toda América, especialmente con América Latina, o por defender a Maduro, que es un dictador que no tiene futuro y que ha destrozado a la región, van a destrozar su relación con América Latina”, dijo el opositor Borges.
jhs