Mientras se escuchan estridentes gruñidos de los inquietos monos sarahuatos te despiertas en medio de la selva lacandona rodeado de la más espesa vegetación y un entorno alucinantemente bello de la reserva de la biosfera conocida como Montes Azules, ahí los lacandones son tus anfitriones te dan de comer su comida, te llevan a sus cascadas y te ofrecen sus campamentos perfectamente bien equipados incluso con WIFI satelital para dormir en el corazón de la selva, aquello se convierte en una experiencia orgánica e inolvidable en la imponente selva de Chiapas.
De los poco más de seis millones 600 mil turistas que visitan en promedio Chiapas al año, ni si quiera el 1% acude a las regiones de la Selva Lacandona para visitar los campamentos ecoturísticos que administran los mayas lacandones, y creo que eso está bien para propiciar el menor impacto a la selva.
Para los afortunados turistas que llegamos hasta allá, aquello se vuelve exclusividad, un privilegio convivir tan de cerca con los mayas lacandones que te brindan su alojamiento, su conocimiento, alimentos y sus experiencias, algo que no tiene precio.
Estos son campamentos de muy pocas habitaciones con acceso privilegiado a rincones inenarrables de la selva como el de la comunidad Lacanjá Chansayab en Ocosingo y su campamento Top Che propiedad de la familia Chankin, dedicados a guiar en la selva con senderismo a la Poza El Murciélago y a las Ruinas de Lacanjá, pero también a hacer rafting turístico con equipamiento profesional en las cascadas del agitado Río Lacanjá, ofreciendo así a los visitantes una completa vivencia de naturaleza creo yo única en el mundo.
La frontera entre Guatemala y Chiapas trazada por el imponente Río Usumacinta es la vía natural para accesar y moverte a las aún vírgenes zonas arqueológicas como Yaxchilán, Bonampak y la joya de la corona Palenque, donde ya se espera con ansias el arribo del tan mencionado Tren Maya para detonar más el turismo de la región. Penetrar en estas zonas arquelógicas rodeadas de espesa vegetación selvática tiene un toque se aventura cinematográfica pero con la ventaja de estar ubicadas en la más absoluta realidad.
Toda esta zona de la lacandona ofrece una experiencia brutal de naturaleza a tan solo unas cuantas horas del aeropuerto de Villahermosa en Tabasco la puerta de entrada a la zona norte de Chiapas donde más adelante está otros campamento de nombre Nahá con cabañas confortables muy bien equipadas en medio de otra área natural protegida, en Nahá el avistamiento de lagunas es el espectáculo, los mayas lacandones te llevan caminando por senderos naturales y navegando en cayuco por lagunas de espectacular belleza como el lago Nahá y la Laguna Amarilla un impresionante cuerpo de agua que es el hogar de cocodrilos y otras especies.
Me conmovió en Nahá hay un guía espiritual lacandón con 100 años de edad Don Antonio Martínez Chankin, quien se considera la única persona en mantener la tradición de curar con plantas, fuego, incienso y oraciones, a Don Antonio le preocupa que ya nadie siga su tradición.
Así toda esta experiencia de naturaleza y de sostenibilidad en la selva me hace pensar que ahí está la verdadera reconciliación social entre el turismo y los grupos étnicos, la implementación de estrategias de creación de producto turístico haría que los hombres y mujeres no quieran migrar de sus lugares de origen ya que en su localidad como los lacandones pueden encontrar con su talento su propio sustento, el turismo puede ser la poderosa herramienta de reconciliación social que México necesita.
Confían mucho Katyna De la Vega actual secretaria de turismo del estado de Chiapas al igual que el gobernador de la entidad Rutilo Escandón en que el Tren Maya llegará a Palenque a ayudar mucho a detonar más el turismo del estado, también creen que la tan anunciada carretera San Cristóbal de las Casas – Palenque pronto verá la luz, mientras habrá que echar mano de muchas estrategias como la implementada con los mayas lacandones para detonar otras regiones de Chiapas, porque en la Selva Lacandona la cosas creo yo van bien, la selva sigue haciendo mucho ruido, al menos eso fue lo que vi.
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Marco Daniel Guzmán Ryu
Comentarista de Turismo Mundial
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