La moneda está en el aire. Este jueves, el Banxico decidirá su política monetaria. Hoy vemos factores muy contrastantes para decidir el rumbo de las tasas de interés que se mantienen a 8.25% anual y representan una de las más altas a nivel mundial comparadas contra el bono del Tesoro americano.

Existen posiciones muy encontradas para decidir este próximo jueves 15 si bajan 25 puntos o si permanecen por algún tiempo más sin cambio en 8.25% anual.

Por el lado de un ajuste de 25 puntos base, consideramos, sin duda, el “estancamiento” en que permanece la economía mexicana y el nivel de inflación, tanto al productor como al consumidor que se ubican en el rango de 3 +/- 1% como objetivo del Banxico.

La inflación general al consumidor se ubicó en 3.78% y la subyacente, en 3.82% anual. Esta última aún no termina por ceder a las expectativas del Banxico.

La inflación al productor medida con servicios y petróleo o sin petróleo se ubica en 2.49 y 3.38%, respectivamente. Ambas han mostrado una fuerte desaceleración, medida por estabilidad en precios, pero también por una baja demanda interna.

El crecimiento de la economía en el primer semestre del año fue de 0.3% anual, y para alcanzar al menos el promedio estimado del mercado de 0.9% para 2019 requiere crecer arriba de 1.5% durante el segundo semestre del año. Se ve complicado porque existe un problema muy claro de “gobernanza” (inseguridad pública, incertidumbre de política interna, la corrupción, impunidad, Estado de Derecho, etcétera) que lo está limitando, además de factores externos muy claros, que también vienen propiciando una rápida desaceleración mundial.

Por el lado de flujos de tenencia de extranjeros en mercados, vemos que en mercado de dinero se tiene ya una salida en 2019 por cerca de mil millones de dólares, mientras que en renta variable, a pesar de tener un saldo positivo en 2019 de dos mil 563 millones de dólares, la entrada principal se dio el primer trimestre, mientras que en el segundo trimestre el ritmo de entrada se cayó 82%, y ya en julio empieza a dar números rojos por cerca de 95 millones de dólares. Es decir, inversionistas de portafolios viendo pocos catalizadores en renta variable para esperar una recuperación en el mercado de valores y con riesgos de salida, mientras que en deuda han salido cuatro mil 165 millones de dólares en Cetes y han entrado tres mil 571 millones de dólares en bonos.

Pudiera interpretarse como un posicionamiento en espera de una baja en la tasa de interés por parte del Banxico, pero también pudieran empezar los temores de una baja en la calificación crediticia hacia Pemex y la nota soberana. En el caso de Pemex, si fuera Moody’s, habría ya dos calificadoras en grado especulativo. En ese caso, podrían salir inversiones, y la forma de “frenar una salida importante” es a través de “aumentar la tasa de interés”.

Vemos poco probable que el Banxico, que ha hecho un papel extraordinario, se la juegue de esa manera a bajarla primero y después a necesitar subirla. Ha dado estabilidad al tipo de cambio, y con ello a la inflación.

 

Consideramos que los tiempos adecuados para una decisión serían después de conocer el Presupuesto 2020 y tener todos los elementos para la revisión de la calificación entre septiembre y octubre, lapso adecuado para que el Banxico tenga dentro de su análisis los factores internos, el rumbo de la economía ya con un tercer trimestre del año en desarrollo y, además, avance del T-MEC con el Congreso americano, los riesgos del conflicto comercial EUA y China, generado en acciones que afectan el entorno de confianza, el Brexit, decisión de política monetaria del BCE y nuevamente de la Fed, con lo que tendrá una mayor visión para una mejor toma de decisiones.
¡¡¡La moneda está en el aire!!!