El debate sobre el financiamiento público a los partidos políticos resurgió una vez que el INE, a través de su Comisión de Prerrogativas, anunció que el presupuesto para 2020 será de cinco mil 239 millones mil 651 pesos.

La reacción del Presidente de la República fue convocar a todos los institutos políticos con registro para que renuncien a 50% de los recursos asignados para el próximo año con el argumento de “no puede haber Gobierno y partidos ricos y pueblo pobre”. Pero ya antes, Martí Batres, presidente del Senado, presentó una iniciativa para reducir 50% del financiamiento público a los partidos locales y nacionales, con el propósito de destinar a gasto social y a inversión productiva el otro 50 % de los recursos.

Por su parte, Mario Delgado, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, líder de los diputados de Morena y ahora aspirante a la dirigencia de su partido, buscará que su iniciativa para reducir 50% el presupuesto a los partidos se apruebe en septiembre, antes de que llegue el paquete económico.

Es un hecho que este proyecto de reducción está alineado en el Ejecutivo y en el Legislativo. Sin embargo, las alertas de especialistas están prendidas en materia electoral; el propio consejero presidente, Lorenzo Córdova, ha señalado los riesgos de que se incorpore en los procesos electorales dinero sucio, un peligro latente si no hay reglas claras.

Esto no sería un hecho inédito. Ya en 2017, el PRI de Enrique Ochoa Reza renunció a sus prerrogativas y devolvió 258 millones de pesos, que eran el total del presupuesto asignado a los priistas ese año, para ayudar a los damnificados del sismo de septiembre de hace tres años. El método lo aprobaron tanto el INE como la secretaria de Hacienda.

Pero hay personajes, como es el caso de Luis Ernesto Derbez, quien propone eliminar el cien por ciento y cambiar las reglas de operación.

Es claro que la propuesta de Morena está rechazada por los partidos de oposición, pero si se le pregunta al ciudadano común, la respuesta esperada es que se eliminen las prerrogativas, sin pensar en los riesgos reales para la democracia mexicana.

SUSURROS

1. Alejandro Moreno Cárdenas gana la dirigencia del PRI en los momentos más críticos de sus 90 años del instituto político. Tiene el compromiso de demostrar que el Revolucionario Institucional tiene futuro y posibilidad de reconstruirse y lograr la unidad de sus militantes. La elección presidencial de 2018 vivió el fracaso más grande por la condena social y el desprestigio a raíz de la corrupción de algunos de sus militantes. Una de las principales tareas de Alito será limpiar a militantes no corruptos.

2. Muy activo se le ha visto a Francisco Pancho Domínguez, gobernador de Querétaro y presidente de la Conago, organizando el encuentro de los gobernadores con el presidente López Obrador, con el objetivo de revisar los presupuestos estatales, en el marco de la construcción del paquete económico 2020.