Tras usar por años cotonetes para limpiar sus oídos, una mujer de 37 años estuvo a punto de perder la vida.

 

La mujer estaba acostumbrada a deshacerse de la cerilla con hisopos de algodón, pero con el paso del tiempo notó que tenía problemas auditivos, en especial en su odio izquierdo, por lo que decidió ir al médico.

 

Los doctores pensaron que por los síntomas se trataba de una pequeña infección y fue tratada con medicamento antibiótico.

 

Sin embargo, la situación empeoró cuando la fémina continuaba limpiándose con cotonetes y observó la aparición de sangre que provenía de sus oídos, así que nuevamente acudió al hospital donde le diagnosticaron sordera moderada.

 

Posteriormente, para conocer las causas de su sordera realizaron una tomografía computarizada que mostraba una infección bacteriana que le estaba carcomiendo el cráneo detrás de su oído, todo por el uso de hisopos de algodón.

 

Al parecer el uso de estos utensilios provocó una acumulación excesiva de algodón podrido en sus oídos, que a su vez causo la infección y volvió a su cráneo más delgado que una hoja de papel.

 

Según expertos, el uso de cotonetes no es lo más recomendable para la limpieza de los oídos, pues puede empujar la cerilla y provocar un tapón u ocasionar lesiones.

 

PAL