El qué comemos, cuándo los hacemos y en cuántas proporciones, podría determinar el cansancio que viene después de cada comida, o sea, la fatiga que conocemos como mal del puerco, común en todas las personas.

Cuando ingerimos alimentos, la glucosa que está presente en la sangre se dirige hacia el sistema nervioso donde inhibe la actividad de las células del hipotálamo lateral. En esa parte del cerebro tenemos unas neuronas llamadas orexigenéricas que, cuando entran en contacto con la glucosa, su actividad baja y eso crea una sensación de tranquilidad, lo que propicia el sueño.

Mónica Méndez Díaz, profesora de la Facultad de Medicina, destacó para la UNAM que el mal del puerco nos pasa cuando hacemos una comida muy abundante que eleva nuestros niveles de glucosa en la sangre; pero no debemos alarmarnos, ya que la reacción es normal y podemos revertir el efecto estimulando nuestro sistema nervioso con un café o una caminata
A continuación especialista en nutrición clínica, Hania González, nos enumera las razones por las que presentamos dicha sensación y cómo evitarla:

Cuánto y qué comes:  investigadores han encontrado que la gente se siente adormecida luego de ingerir bastantes carbohidratos y/o calorías, pues se crea un exceso en la producción de insulina, lo cual genera un bajón brusco de los niveles de glucosa en la sangre.

Cuándo comes: la Fundación Americana del Sueño señala que la gente tiene naturalmente un bajón de energía a las 2:00 horas y otro a las 14:00 horas; esto explicaría la tradición de dormir después de la hora de comida. La luz del día o la oscuridad son esenciales para regular el ritmo circadiano, pero la hora de consumir alimentos también puede tener un efecto.

¿Cómo evitar sentirnos adormilados?

Estar soñoliento después de los alimentos es frustrante para muchas personas, ya que podría afectar el ritmo y los resultados de sus actividades cotidianas. Las siguientes cuatro estrategias te ayudarán a prevenir este efecto:

1. Consume poco y con mayor frecuencia: di no a los platillos abundantes e ingiere colaciones cada dos o tres horas; una fruta o un puñado de almendras te mantendrán estable y evitarán el bajón de energía.

2. Duerme bien: no dormir lo suficiente por la noche te vuelve más propenso a presentar fatiga después de los alimentos.

3. Toma bebidas con cafeína moderadamente: la cafeína es un estimulante presente de manera natural en varios alimentos. La FDA (Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés) recomienda un máximo de 400 miligramos de café al día, o lo que equivale, a dos o tres tazas. Un consumo moderado de ésta puede ayudar a perder peso, mejorar la función cognitiva y el estado de alerta.

4. Da un paseo: realizar ejercicio en el día y especialmente luego de comer, te ayudará  sentirte menos cansado y más despierto.

Si llevas  a cabo los anteriores consejos y aún así experimentas mucho cansancio después de comer, debes consultar al médico para descartar otros padecimientos.

 

El extra

Para evitar la fatiga que viene después de hacer una comida copiosa, te dejamos un ejemplo de un menú adecuado para los días que debas regresar a la oficina o quieras mantenerte alerta y evitar el mal del puerco:

Ensalada verde

-Mix de hoja verde (espinaca, lechuga, acelga, kale y arúgula).

-250 gramos de pechuga de pollo o pescado.

-5 almendras.

-Una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva.

-Medio aguacate.

Mezcla todo y sirve en un bowl, te encantará y te mantendrá activo.

LEG