La justificación fue recurrente durante el gobierno de Felipe Calderón. La economía mexicana había caído porque en el mundo se vivía una gran recesión que nos afectó.
La administración de Enrique Peña Nieto también recurrió a la figura de la importación de la crisis económica y no había un solo discurso sobre el tema en el que el propio Presidente o sus funcionarios no repitieran que la crisis había llegado desde afuera del país.
Pero, claro, eran Gobiernos tecnócratas, neoliberales y neoporfiristas de los que no se podía esperar otra cosa que una explicación que echara mano de tecnicismos financieros antes que aceptar que no tenían la capacidad de hacer crecer la economía mexicana más allá de sus mediocres tasas de 2 y 3% que se tenían entonces.
Lo malo ahora que estamos en tiempos de la 4T es que las tasas de crecimiento en México están pegadas al cero, mientras que nuestro principal socio comercial muestra niveles de crecimiento elevados y un pleno empleo.
Y lo peor es que aquéllos que presumen que no son iguales a los de antes, ya desempolvan los pretextos neoliberales de las crisis importadas y las culpas ajenas para justificar las condiciones económicas actuales.
Escuché decir a Yeidckol Polevnsky, presidenta nacional de Morena, que lo que nos está generando una crisis económica en México… ¡es la crisis de Grecia! Continuaba con su explicación y decía que también era la caída en los precios del petróleo.
Hay una muy numerosa clientela política que aceptará cualquier explicación. Es más, muchos millones de fieles están dispuestos a no tener que recibir ninguna clase de justificación de por qué hoy estamos en peor condición que en años anteriores. Y si requieren de alguna coartada, siempre estarán a la mano los malos Gobiernos anteriores y el estado en el que le dejaron el país al presidente Andrés Manuel López Obrador… o los griegos.
Ni estamos bordeando la recesión por culpa de Grecia, ni los precios del petróleo influyeron en los malos datos del primer semestre.
En adelante hay que poner atención, eso sí, en factores externos porque el mundo parece en el camino de una baja económica quizá hasta niveles recesivos. Pero eso, en todo caso, se combinará con el mal manejo económico interno que ha tenido este país en lo que va de la administración de López Obrador.
En un afán de poder actualizar el discurso político de reparto de culpas, habrá que decir que la crisis griega quedó atrás hace varios años. Lo de hoy es la desaceleración, si no es que recesión de Alemania y sin duda la guerra comercial de China y Estados Unidos.
En cuanto a los precios del petróleo, el problema de México tiene más que ver con la caída en los niveles de producción y las malas decisiones financieras que se siguen tomando en Pemex. La baja en los precios es un problema adicional, no por ahora el principal.
El discurso neoliberal de justificación de los problemas económicos goza, pues, de cabal salud en la 4T.