Un buen ejemplo de cómo el actual Gobierno intenta minimizar algunos de los graves problemas que enfrenta este país nos lo dejó ver el secretario de Salud Federal, Jorge Alcocer. Para él no hay ninguna urgencia médica por la falta de metotrexato, el medicamento necesario para tratar cierto tipo de cáncer infantil, y no le ve problema a que se puedan perder las dosis por unos días.
A diferencia de los temas económicos, en donde el “no pasa nada” de esta administración no arroja el desmentido de la realidad de inmediato, aquí sí hay quien automáticamente hace ver que esos afanes políticos de querer tapar lo evidente son falsos.
No sólo los padres de familia de los pequeños con cáncer, que invitan al secretario de Salud para que vaya a los hospitales y conozca la realidad en un intento de sensibilizar a quien es capaz de dar una respuesta así ante el sufrimiento humano.
Pero también los expertos, los verdaderos expertos en oncología pediátrica, como el doctor Carlos Leal, del Instituto Nacional de Pediatría, quien con total claridad explica que no hay sustituto para el metotrexato, que es una droga crucial para los niños con cáncer y que una dilación terapéutica incluso de una sola dosis (aquello de pueden esperar días para recibir la medicina) multiplica de manera exponencial el riesgo de fracaso del protocolo de tratamiento.
El dolor humano de los padres, más el conocimiento de los expertos para desmentir de inmediato un intento de minimización política ante una crisis que se debió resolver de forma expedita, sin esperar bloqueos ni escándalos.
En materia económica acabará por suceder lo mismo, aunque tardará más tiempo en quedar claro que no es posible tener desarrollo sin crecimiento. Tendrán que llegar las calamidades del estancamiento económico, como el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo, la baja en el bienestar y todo lo que involucra directamente a las personas para tener claro que el crecimiento, la confianza y la inversión sí importan.
Los papás de los pequeños con cáncer tuvieron que cerrar el aeropuerto para que les hicieran caso y entonces sí, las autoridades se pusieran a trabajar a conseguir el medicamento.
Qué hace falta para que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador reaccione ante el impecable y muy diplomático diagnóstico del empresario Carlos Slim, quien le dijo que este año ya se perdió en un nulo crecimiento, pero hacia adelante lo que falta es inversión.
La inversión se consigue con certidumbre, con la confianza que pueda generar el Gobierno en el respeto a los particulares. Ya sea, como dijo el empresario, con el aeropuerto de Texcoco o con mil 600 proyectos más.
Si sale un político a minimizar una tragedia humana, como la lucha de una familia contra el cáncer, la reacción será inmediata. Pero al minimizar la falta de condiciones adecuadas para crecer, la reacción será tardada, pero que no quede duda que será contundente y generalizada, porque también es un asunto que le pega a la gente en el bolsillo, y eso duele.