Las recientes masacres en Ciudad Juárez y en Coatzacoalcos están siendo reclamadas a las autoridades federales y a la recientemente desplegada Guardia Nacional, pero ambas y otras similares son producto de errores de seguridad de las estructuras locales.
Y si detrás de los grupos en pugna hay cárteles nacionales-trasnacionales, la disputa por plazas se reduce a la lucha local por venta de droga, cobro de extorsiones y bandas de delitos cotidianos.
Y en esas masacres se han detectado cuando menos tres puntos: el funcionamiento criminal sin acotamiento policiaco, la falta de profesionalización de policías estatales y municipales y la complicidad institucional del aparato de justicia.
En estos nueve meses el secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, se ha cansado de presionar a gobernadores y alcaldes para la profesionalización de sus cuerpos locales de seguridad, pero no ha tenido la respuesta necesaria.
La Guardia Nacional está cumpliendo con su función de presencia disuasiva, en algunos casos ha realizado operaciones exitosas y sigue a la espera del apoyo local.
En los primeros documentos de creación de la Guardia Nacional se estableció -como una forma de presionar reformas locales de seguridad- que gobernadores y alcaldes que quisieran Guardia tendrían que pagar para su sostenimiento; sin embargo, gobernadores se fueron a quejar con el Presidente y ya no se usó el cobro de servicios como elemento de presión para la profesionalización local.
Las masacres y actuaciones criminales de cárteles van a seguir en tanto gobernadores y alcaldes no tomen con seriedad la capacitación de sus policías y sus sistemas de impartición de justicia. Y en todo caso, la Guardia Nacional seguirá operando como apoyo operativo y de inteligencia.
Gobernadores y alcaldes deberán entender que su legitimidad como gobernantes dependerá de saldos de seguridad, y ahí el Presidente de la República no salvará a ninguno.
Zona Zero
La delincuencia al menudeo está lastimando a la ciudadanía de la capital del país, y ahí nada puede hacer la Guardia Nacional. La Policía local requiere de labor de inteligencia y sobre todo de grupos especiales para arrestar responsables. En motos y a pie se cometen miles de delitos diarios.