Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aseguran que las colillas de cigarro pueden ser recicladas en productos útiles como anticorrosivos, pastas para libretas, aislantes térmicos e incluso en elementos plásticos de uso industrial como pallets o de uso cotidiano como carcasas de bolígrafos o nuevos embalajes, con el objetivo de reducir la contaminación del medio ambiente.

Incluso, la ceniza y los residuos de tabaco se pueden convertir en fertilizantes y abonos naturales para la agricultura.

Leopoldo Benítez González, biólogo egresado de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, señaló que una sola colilla es capaz de contaminar hasta 50 litros de agua potable o 15 litros de agua de mar.

Indicó que anualmente, miles de millones de colillas de cigarrillos se arrojan en el territorio mexicano, muchas de las cuales llegan a los océanos, donde son más contaminantes que los popotes.

Para contrarrestar esta situación, en Ciudad Universitaria un grupo de estudiantes realizó la segunda edición del Colillatón, convocado por el Programa Universitario de Bioética (PUB), con apoyo de la empresa Ecofilter, creada por Leopoldo Benítez, y comenzaron a limpiar la zona más transitada del campus central de este pequeño gran contaminante para degradarlos y reutilizarlos.

Poleth Reyes Hernández, pasante de la Licenciatura en Pedagogía, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), y fundadora de este movimiento, que trae desde Chimalhuacán, Estado de México, comentó que será el último sábado del primer mes de clases (cada semestre) cuando se lleve a cabo el Colillatón; el próximo será el 29 de febrero de 2020.

“Las colillas contienen residuos tóxicos; dañan todo: la naturaleza, los animales, y lo peor es que las aves las llevan a su nido. Son muy perjudiciales para el suelo, para el aire y el agua. A veces traigo un megáfono para decirle a la gente que es importante no tirarlas al piso; es una especie de campaña doble: en pro de la limpieza y del medio ambiente”, dijo.

 

LEG