Por tratarse de una de las obras emblemáticas del Gobierno federal, por la que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca tener autosuficiencia energética y, al mismo tiempo, generar empleo y desarrollo en el sureste del país, la planeación, construcción y contratación de empresas para su edificación debería estar sometida a una supervisión rigurosa.
La obra que se ubicará en Tabasco arrancó con la entrega de los paquetes de construcción e ingeniería a Fluor Enterprises e ICA Fluor, Samsung Engineering y Asociados Constructores DBNR y los paquetes 4 y 6 a Kellogg Brown and Root en conjunto con Constructora Hostotipaquillo.
Destaca que mientras los ejes principales de la administración federal son el combate a la corrupción y la austeridad, haya pasado desapercibida la entrega de uno de los paquetes a Hostotipaquillo, compañía que ha generado pérdidas millonarias a las arcas nacionales en contratos suscritos con Pemex.
Hostotipaquillo, o Grupo Hosto, ha sido señalada en varias ocasiones por entregar las obras con enormes retrasos, así como ofrecer los precios más bajos para ganar las licitaciones; y después, elevar los costos a sobreprecios que llegan a ser de hasta el doble de los montos acordados.
Es decir, obtienen a la primera los contratos tras proponer un precio radicalmente más bajo que el resto de sus rivales; pero a lo largo de los trabajos, exigen compensaciones extraordinarias de obra, lo que genera pérdidas considerables a la empresa nacional, a los que hay que sumar los que originan por el retraso en la entrega de las obras.
Para Hosto, la constante es el incumplimiento: se llevó más de 400 días en la rehabilitación y puesta en marcha de la planta catalítica 2U.1300 de la refinería ubicada en Minatitlán, Veracruz, obra por la que cobró 567 millones de pesos, cuando el contrato original estaba previsto por 200 millones de pesos.
Además, esa empresa lleva un rezago de casi 500 días en la rehabilitación de la planta catalítica FCC2 de la refinería Ingeniero Héctor Lara Sosa en Cadereyta, para lo que pretende cobrar mil millones de pesos adicionales a los 930 que originalmente se tenían previstos para la obra.
Los ejemplos abundan, lo que resulta inexplicable es que el encargado de la obra, Leonardo Cornejo, quien se desempeña como subdirector de proyectos de Pemex Transformación Industrial, no haya reparado en la participación de esta empresa en la construcción de Dos Bocas, ello a pesar de que la conoce perfectamente, pero por los contratos incumplidos durante todo el sexenio pasado, y sobre los que existen observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Además de las pérdidas generadas al erario, Hostotipaquillo cuenta con la inconformidad de las empresas locales que contrata para llevar a cabo los trabajos, quienes han manifestado que se les adeudan los trabajos realizados.
Maltrato de las economías locales, retraso descomunal en la entrega de los proyectos y desfalco al erario con exorbitantes sobreprecios parece que son el sello de una de las empresas a las que se le adjudicó la obra emblemática del Gobierno federal.