Dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su primer informe: la oposición está moralmente derrotada.
Días antes, Martí Batres aseguraba que la determinación de la Comisión de Honestidad de Morena le había dado una “victoria moral” ante sus compañeros de bancada en el Senado por ordenar la reposición del proceso para elegir al presidente de la Mesa Directiva de esa cámara.
El presidente sabe que sus opositores no tienen un asidero moral para cuestionarle luego que en su gobierno se han descubierto y confirmado actos de brutal corrupción de las administraciones que le precedieron.
En contraste, el senador Batres falla en su diagnóstico, porque la autoridad electoral le dice a Morena que no tiene nada que hacer en la vida interna de la Cámara de Senadores al revocar la decisión del órgano de “honestidad” para reponer la elección de quien lo representaría como conductor de los trabajos legislativos.
Luego entonces, la victoria moral de Batres no es tal. Lo que sucedió representa una derrota política y moral de quien quiso perpetuarse en un cargo contra la voluntad de sus compañeros de bancada y partido le negaron.
Porfirio Muñoz Ledo estuvo a punto de convertir su vida política en una derrota inconmensurable. Quedarse a presidir la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados un año más habría sido el derroche de una vasta carrera dedicada a la construcción de la democracia en México. Rectificó y convirtió en victoria moral lo que habría sido su tumba política.
En este episodio perdió, moralmente, la diputada Dolores Padierna, por cierto, muy cercana en ideología al senador Batres –se formaron en el mismo grupo político- pues era ella, al frente de los extremistas de Morena, la que promovía el rompimiento de la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados para que su partido se quedara a dirigir los trabajos legislativos.
Y la derrota moral es doble, pues el mismísimo presidente López Obrador califica de vergonzosa la intención de violar la ley para perpetuase en un cargo público.
En este episodio de la vida pública de México, los duros de Morena han sido derrotados moral y políticamente por su vulgar ambición de poder.
La Letrina. Se equivocan los morenos que aseguran que pueden imponer sus mayorías legislativas y cambiar la ley para perpetuarse en el poder. Los 30 millones de votos que obtuvo Andrés Manuel López Obrador fueron para sacar del servicio público a los gandallas, pero no para meter a nuevos gandules que, además de torvos, son torpes.