Ante la visita del canciller mexicano Marcelo Ebrard a Estados Unidos, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, consideró que México deberá poner sobre la mesa “la dignidad de la nación”, antes que cualquier otro tema.
“Dignidad se refiere a que México es un país soberano que debe establecer sus propias regulaciones, por lo que esa palabra debe estar en el centro de cualquier política ya sea comercial o económica”, subrayó el ombudsman nacional.
Luego de participar en el “Conversatorio sobre reparación integral de daño en casos de violaciones graves a derechos humanos en México”, González Pérez planteó que antes de serlo los migrantes son personas, por lo que México debe mantener el trato humanitario que lo ha caracterizado.
“No veamos la migración como un problema de seguridad pública o de seguridad nacional. Es potestad del Estado regular la migración para que sea segura, ordenada y regular, pero sin que expongamos a los migrantes a buscar rutas más inseguras que los violenten en sus derechos y a las mujeres a más vejaciones”, dijo.
González Pérez vio saludable que el gobierno mexicano pretenda generar desarrollo en Centroamérica, “pero mientras llegamos a eso tenemos que tener una política que no busque solamente la perspectiva de contención”.
En ese sentido, reiteró que se suma a la preocupación de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, sobre evitar los mayores riesgos posibles en cuanto a violaciones a derechos humanos.
Por otro lado, celebró la “firmeza” del gobierno mexicano de no aceptar ser un tercer país seguro, pues la política de brazos abiertos también mostró que no se cuenta con infraestructura para la atención de la migración en el sur del país, ni en el norte, con el retorno de los centroamericanos para ofrecer los servicios que requieren.
jhs