Al interior de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reina la confusión, y no es para menos. Ante la “ausencia” técnica, política y programática de su titular, Víctor Manuel Toledo Manzur, el subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental, Julio Trujillo Segura, tiene casi el control absoluto de la dependencia. En pocas palabras es el supersubsecretario.
En la primera parte de esta columna (publicada el pasado jueves 5 de septiembre), hablamos de la purga masiva que ha hecho Trujillo Segura en la Semarnat, siendo el caso más visible la salida de Luis Vera Morales, quien ocupó la dirección ejecutiva de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA). Y junto con Vera Morales fueron despedidos, al menos hasta ahora, ocho funcionarios más de alto nivel, incluyendo subsecretarios, y con trayectorias sólidas en el ámbito ambiental.
Es de todos conocido en esta dependencia que Trujillo está ganando espacios con sus nuevos recomendados con la intención de suceder a Toledo. Su lucha está en marcha y tal parece que no desistirá en su objetivo. El propio descabezamiento que ha hecho en esta Secretaría es, sin duda, un signo de que su política de arrasamiento no tiene límites.
Un dato interesante es que el supersubsecretario aparenta ser operador político de la cúpula de Morena, pero en realidad nunca ha sido un activo destacado dentro de ese grupo político, hasta ahora sólo ha aprovechado los vacíos que le ha dejado su jefe para ir acumulando poder.
Según me comentan algunas fuentes del ámbito político, la trayectoria de Trujillo consiste en haber pertenecido a grupos porriles y ser operador de Morena en la Ciudad de México. Este funcionario destaca por sus acciones subrepticias, y no por ser líder, pues desde que llegó a la Semarnat con Josefa González Blanco, su perfil no es de los más destacados, pero sí de los más rudos para amasar poder.
Un dato a destacar es que la esposa del supersubsecretario, Carol Arriaga, ocupa el cargo de secretaria de Mujeres de Morena, y es muy cercana a la líder de ese partido, Yeidckol Polevnsky, y a otras importantes figuras como Ernestina Godoy, Bertha Luján, Carlos Figueroa y Héctor Díaz-Polanco, entre otros. Y Arriaga es quien opera a favor de su esposo para que éste alcance la titularidad de la Semarnat.
Además, fuentes de esta dependencia me informaron que uno de los movimientos más importantes de Julio Trujillo fue imponerle a Toledo Manzur a su secretaria particular, Natalia García Nieto, muy cercana al supersubsecretario, y quien se ha convertido en una importante operadora para impulsar las acciones del potencial relevo del titular de la Semarnat. Sobra decir que Natalia tiene la información y sabe de los movimientos importantes del secretario.
En las últimas semanas ha trascendido sobre la supuesta renuncia de Víctor Manuel Toledo. En el ámbito de grupos ambientalistas, en la Cámara de Diputados, en el Senado y en el sector académico se presume que Toledo dejará la dependencia durante las próximas semanas. Tal vez por eso el supersubsecretario anda muy activo en los círculos cercanos al Presidente López Obrador, pues se promueve como la mejor opción para tomar las riendas de la Semarnat.
Lo cierto es que esta dependencia hasta ahora ha sido gris y no se percibe el liderazgo que debe tener una estructura de gobierno federal. Nuevamente los dedazos, el influyentismo y el fuego amigo se pefilan como los aliados de Trujillo para alcanzar el máximo poder. ¿Lo dejarán?