Usan tecnología para enfrentar sismos
Sismos, tormentas e inundaciones han dejado daños en 15 mil 204 escuelas del país, mientras que 22 mil están en riesgo permanente debido a que sus estructuras tienen más de 50 años de antigüedad.
Para hacer frente a esa situación, el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED) tiene dos programas piloto de prevención: sensores antisísmicos, así como el Archivo Documental Normativo (ADN), que incluyen planes de mantenimiento, planos, memorias y estudios de las escuelas públicas.
En una entrevista con 24 HORAS, Jorge Javier Jiménez Alcaraz, director general del INIFED, comentó que en todas las escuelas reconstruidas se está dejando algo llamado ADN, “el cual contiene toda la información del plantel que debe estar disponible, al alcance de maestros, padres de familia, autoridades y expertos en reconstrucción”.
Se trata de una caja –tipo botiquín de primeros auxilios– que contiene una USB con información digital, bitácora de mantenimiento, proyecto del plantel, manual “Cuidemos nuestra escuela”; una guía para elaborar o actualizar el programa de protección civil, garantías de trabajos ejecutados e infografía de cursos en línea.
Otro de los programas piloto es el acelerómetro, con tecnología nacional elaborada por la Facultad de Ingeniera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Éste “chip” –dispuesto en una caja– consta de tres sensores, uno de los cuales registra la aceleración vertical de los sismos, y los otros dos, la aceleración horizontal.
Modelos de estudio
La escuela primara Ernesto P. Uruchurtu –ubicada en el Barrio San Ignacio, alcaldía Iztapalapa–, que fue reconstruida luego del sismo de 2017, cuenta con estos acelerómetros.
“Con esos tres componentes podemos sentir el movimiento que puede presentarse en un sismo; incluso podemos medir el movimiento al paso de un camión pesado”, explicó Sergio Alcocer, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y asesor del Inifed.
Detalló que en la planta baja del inmueble se colocaron tres conjuntos de estos sensores, incluyendo uno en la azotea de éste.
“Así podemos monitorear el movimiento de la base, la traslación, ya sea en sentido corto o largo; si es que la estructura del inmueble cabecea, como si fuera la de un barco. Y en la azotea, la medición entre el movimiento de este punto hacia abajo”, indicó el ingeniero de la UNAM.
Explicó que se instaló otro sensor en esta escuela en el área de jardín (denominada detección en campo libre), que permite tener información sobre el tipo de comportamiento del inmueble durante el sismo. “De esto se desprende si se requiere o no la visita por parte del INIFED a la escuela”, agregó.
Otra es escuela que cuenta con el sistema de acelerómetros, es la escuela secundaria No. 3, ubicada en la colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
Esta secundaria se derrumbo en el terremoto de 1985, y raíz de su reconstrucción se decidió instalar los acelerómetros.
“Lo importante con esta tecnología es que se puede medir también los movimientos en escuela que ya fueron rehabilitadas, para ir viendo la seguridad de sus estructuras”, destacó.
Estos dos proyectos de seguridad para los planteles educativos peligran debido a la intención del Gobierno federal de desaparecer al INIFED y la apuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador por la autoconstrucción coordinada por padres de familias y maestros.
“Se estaría desapareciendo a un instituto experto en construcción de escuelas con estructuras antisísmicas aprobadas por ingenieros estructuralistas”, dijo el ingeniero.
LEG