Una de las principales lecciones que dejó el terremoto del 19 de septiembre de 2017 es que no todos los sismos provienen de la brecha de Guerrero (el de hace dos años se originó en Puebla), por lo que tampoco se podrá contar con una alerta anticipada de 40 segundos, afirmó Óscar Zepeda, director general de Protección Civil del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
En una entrevista con 24 HORAS, destacó que otra lección es que los protocolos de comunicación, de actuación y de respuesta deben integrarse de manera muy clara entre la población.
En ese sentido, recordó que, la semana pasada, la CDMX anunció su programa para la atención de sismos, el cual se enfoca en el despliegue territorial de apoyos (con puestos de mando en edificios colapsados y altos funcionarios responsables en diferentes zonas), lo que permite ampliar la cobertura al atender una emergencia.
“La preparación nunca se termina, no podríamos decir que el día de hoy ya estamos completamente listos para cualquier sismo. Es un proceso permanente de capacitación, de educación y de autoconcientización de la población, y también de preparación de las autoridades”.
Por ejemplo, destacó que en la capital ya existe un protocolo donde se capacita a ingenieros y arquitectos para evaluar la seguridad estructural de los edificios, para darle certeza a la población en las primeras horas posteriores a un sismo.
También detalló que, desde 2017, el Sistema Nacional de Protección Civil ha acreditado a grupos altamente especializados en búsqueda y rescate (con el objetivo de mejorar la capacidad de intervención en estructuras colapsadas) pertenecientes a la Cruz Roja, el ERUM, Cuerpo de Bomberos y Protección Civil de Jalisco y Guadalajara, mientras que aún están en proceso la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional.
“Estos grupos pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte, porque están entrenados para rescatar personas”, finalizó.
LEG