En el marco de la efeméride del Grito de la Independencia de México, el 15 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Democracia.
Esta fecha fue elegida en 2007 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, para recordar que este modo de gobierno, como dice la Declaración Universal sobre la Democracia de 1997, debe garantizar que los procesos de llegada al poder permitan una libre competencia política y surjan de una participación popular abierta, libre y no discriminatoria, ejercida conforme a la ley.
Como señala dicha declaración, la democracia se debe fundar en instituciones estructuradas que funcionen, en la primacía de normas, y en la voluntad de una sociedad consciente de sus responsabilidades y derechos, los cuáles deben garantizarse.
En el Índice de Democracia 2018 de la Unidad de Inteligencia de The Economist, que da un panorama del estado de la democracia en diversos países, México se clasifica como una democracia con debilidades, con un total de 6.19 puntos sobre 10.
De acuerdo al Informe 2018 de Latinobarómetro, sólo 16% de las y los mexicanos dijeron sentirse satisfechos con el funcionamiento de la democracia en el país; no obstante, 55% considera que, a pesar de los problemas que ésta tenga, en términos de Winston Churchill, aún es el mejor sistema de gobierno.
El Informe La democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo elaboró en 2004, concluyó que en nuestro continente el crecimiento y fortalecimiento de la democracia depende de que las instituciones democráticas sean transparentes y rindan cuentas.
Más allá de la democracia formal que se refleja en los votos vertidos en las urnas cada vez que ocurre un proceso de elección, en nuestra Constitución Política de la Ciudad de México, se establece el derecho y el deber que tenemos las y los ciudadanos de participar en la resolución de problemas y temas de interés general y en el mejoramiento de las normas que regulan las relaciones en la comunidad, a través de mecanismos de democracia directa y participativa.
El derecho a la información es necesario para participar, de manera permanente, en un sistema democrático, porque da insumos para tomar decisiones y para intervenir en la discusión pública; además de facilitar la supervisión constante de la sociedad respecto de la gestión de sus instituciones.
Retomando nuevamente a Churchill: “La gente es la que controla al gobierno, no el gobierno el que controla a la gente.” La democracia en México requiere construir ciudadanía informada que, como práctica cotidiana, se involucre e incida en la vida pública, vigile el actuar gubernamental, utilice sus derechos, demande resultados y exija rendición de cuentas a sus autoridades.
*Comisionada Ciudadana del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México (INFO).
Twitter: @navysanmartin