La evolución de un futbolista al que se distinguía por su astucia y acrobacia antes que por sus cualidades técnicas, se resumió en un hecho: que los 38 goles de Hugo Sánchez en su histórica temporada del Balón de Oro fueran a un toque, sin margen para acomodarse, con control total del impacto con el balón. Como añadido, el dominio de una faceta que suele caracterizar a los más virtuosos y no a los de mayor olfato como él: Hugo se convirtió en uno de los lanzadores de falta más certeros de su generación.

Sí, evolución, reforzada por aprendizaje, hambre, superación y adaptación. ¿O alguien duda que Javier Hernández es mucho más futbolista a diez años de su llegada a Europa? Como muestra, el gol de este jueves en la Europa League. Una ejecución de ese tipo no resulta exitosa por mero corazón o inercia, sino por haberlo practicado en innumerables repeticiones, por horas extra de trabajo, por la no conformidad, por atrevimiento.

Con su oportunismo y saber estar en la cancha el Chicharito tiene las llaves para anotar regularmente en las mejores ligas del planeta, aunque eso no le ha bastado. Para pedir cobrar esa falta en su primera titularidad con el Sevilla, es imprescindible tener tanta personalidad como confianza. Cuántos no se hubiesen esperado unas cuantas semanas a integrarse al plantel, a sentirse más cómodos y bienvenidos. Sin embargo, el tres veces mundialista solicitó la pelota y la puso en donde nada más la ponen los mayores expertos.

Como con la gloriosa carrera de Hugo, ese es el rasgo que más debemos aplaudir del surgido en Chivas: mejorarse a sí mismo, no darse por consumado, desafiarse.

Ya después si se pinta el cabello, contraataca a detractores en redes sociales o graba contenidos audiovisuales, muy su asunto, porque esta acción refuta a quienes aseguraban que su mente no está en el futbol. Tan está ahí que, ganando lo que ha ganado y habiendo jugado en donde ha jugado, continúa obligándose a crecer.

En el futbol es falso aquello de que nadie nace sabiendo. Hay quienes por cuna (o casi) traen determinado repertorio. El de Javier no era semejante don para disparar de media distancia y ya ven. Después las cosas podrán salirle mejor o peor y podrá caer más o menos simpático, pero que nadie piense que pretende vivir de lo que ya hizo. Su desafío consiste en el hoy. Y hoy anotó un gol como nunca nos imaginamos. Un chicharazo impensable.

Twitter/albertolati

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