Nuestro Presidente a Enrique Peña Nieto no le debe nada.
A casi un año de que el presidente López Obrador haya tomado por suyo el ejercicio de Gobierno, cada día es mayor la presión social y política ante el evidente exceso de corrupción en el sexenio de EPN.
Resulta poco comprensible que el Presidente más legitimado y mejor evaluado de la historia decida cargar con el costo político del peor evaluado. Sin embargo, para los que creemos entender la manera de pensar de nuestro Presidente, creemos también que le encontramos “cuadratura al círculo”; AMLO llegó a la elección presidencial 2018 con muchos fantasmas, algunos muy recientes como la elección del Edomex en 2017, en donde el PRI desató el poder del estado para inclinar el resultado a su favor; eso, sumado al 2006, 2012 y el histórico personal del entonces candidato, creaban un entorno de zozobra, de temor e incertidumbre.
Difícil culpar a nuestro hoy Presidente, pues viviendo esta nueva realidad en el país entendemos todo lo que estaba en juego. Es ese entorno el que abre la puerta a los vivales que encabezaban la administración anterior, es esa oportunidad cuando vieron un resquicio de hacer una negociación en la que solicitaron impunidad transexenal a cambio de hacernos el favor a todos los mexicanos de respetar la ley y el resultado de la elección de 2018.
Señor Presidente, a EPN jamás lo vi luchando por causas sociales, haciendo éxodos o recorriendo el país con usted, lo que usted construyó es mucho más grande que el oportunismo de dichos personajes.
Al pueblo bueno lo lastima, lo desanima y desilusiona ver la burla de la peluca y gorra, el descaro de Madrid, los excesos de las fiestas, el derroche que se atestigua a cargo de quien portaba la banda presidencial y sus allegados, tanta frivolidad nos reta. Tenemos un fiscal general del cual se percibe hambre de la buena, hambre de hacer historia; sé que Virgilio Andrade solo hay uno, sabemos que una investigación seria arrojaría justicia.
Esta administración no desea parecerse ni en la sombra al pasado y así como se barren las escaleras de arriba para abajo, también se aplica en la impartición de justicia y si “el peor cártel era el de Los Pinos, el que más robaba”, por ahí comencemos.
EPN parece vivir en arenas movedizas.
Se dice que pronto se hará público un pago millonario a su ex esposa recibido en Miami. Tal vez esa sea la última afrenta que soportará el pueblo bueno. Pero que se oiga lejos y fuerte, nuestro Presidente a EPN no le debe nada.