El príncipe británico Enrique y su mujer Meghan bailaron y cantaron este martes con un grupo de mentores de salud mental en la playa Monwabisi de Ciudad del Cabo, en la segunda jornada de su viaje de 10 días por África.

 

La pareja visitó el proyecto Waves for Change, que comen en un pequeño club de surf en la barriada de Masiphumelele en 2009 y que ayuda a jóvenes de comunidades pobres y violentas a desarrollar la confianza a través de ese deporte.

 

Enrique y Meghan se reunieron con su fundador, Tim Conibear, y con 25 mentores de surf vestidos con trajes negros y rosados, que les mostraron las actividades que el grupo utiliza para apoyar la salud mental de jóvenes que han sobrevivido a experiencias traumáticas.

 

 

“Muchas de esas comunidades han pasado por una experiencia traumática muy similar, ahora han venido a un lugar como este, a esta organización benéfica, no sólo para poder compartir su experiencia sino para ayudar a las generaciones más jóvenes”, dijo Enrique.

 

El duque y la duquesa de Sussex realizan su primer viaje al extranjero desde el nacimiento de su primer hijo Archie, quien los acompañó en la visita.

 

El príncipe de 35 años luego se reunió con funcionarios de Ciudad del Cabo, con quienes conversó sobre los desafíos que enfrenta Sudáfrica mientras lucha contra el tráfico de drogas y la caza furtiva del abulón, que ha sido llevado al peligro de extinción por grupos criminales.

 

Enrique, nieto de la reina Isabel II y sexto en la línea de sucesión al trono, ha visitado el sur de África en varias ocasiones en las últimas dos décadas por vacaciones y trabajos de conservación.

 

Viajará solo el jueves a Botsuana, donde él y Meghan se fueron de vacaciones poco después de empezar a salir en julio de 2016 y adonde regresaron en 2017 para una escapada romántica.

 

PAL