Un grupo de legisladores oficialistas asistió este martes por primera vez en dos años y medio a la sede del Parlamento de Venezuela dominado por la oposición, diciendo que su presencia en el lugar es necesaria para arreglar “el desastre” creado en el poder legislativo de la nación OPEP.

 

En medio de los gritos de simpatizantes del oficialismo desde los balcones del recinto en contra de los opositores, las bancadas centraron su debate inicial en si los representantes del Gobierno podían retornar a la Asamblea.

 

Una normativa contempla que un legislador, al aceptar un cargo público, no puede volver a ser diputado, como ha sido el caso de algunos miembros del oficialismo.

 

Pero a pesar de la polarización de los discursos y los reclamos mutuos, la sesión de la Asamblea presidida por el líder opositor Juan Guaidó avanzaba sin incidentes.

 

“Estamos listos para arreglar todo el desastre que ha hecho la derecha” con el poder legislativo, dijo Francisco Torrealba, portavoz del bloque oficialista en la Asamblea, al asegurar que sus contrincantes habían decidido hacer de la cámara un instrumento para atacar al gobierno y no para el diálogo”.

 

En Venezuela operan dos asambleas desde que en abril del 2017 la bancada oficialista de unos 50 miembros abandonó el congreso en medio de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que dijo que para sortear la crisis requería de una Constituyente, lo que hizo que los legisladores del chavismo se sumaran al nuevo órgano.

 

A la sesión de la Asamblea, con un total de 167 legisladores, asistieron el martes 38 del oficialismo y 95 de la oposición, según indicó la oficina de prensa opositora.

 

La Constituyente aun no revela la nueva Carta Magna ni qué cambios ha hecho, mientras el Parlamento opositor ha aprobado una serie de medidas pero no puede aplicarlas porque carece del control de los órganos del Estado, que retiene Maduro pese a que está cada vez más acosado por sanciones de la comunidad internacional.

 

La asamblea, con mayoría opositora desde las elecciones del 2015, ha estado desde entonces bajo acoso judicial, un poder descrito como proclive al gobierno, con una veintena de diputados detenidos, en el exilio o refugiados en embajadas en Caracas.

 

PAL