Al final sucedió: la Cámara de Representantes iniciará una investigación formal para un juicio político contra el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La presión de más de dos años bajo el argumento principal de la llamada trama rusa parece que no surtió un efecto tan determinante como la llamada que sostuvo el republicano con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien solicitó ayuda para desprestigiar a uno de los precandidatos presidenciales demócratas con mayores posibilidades para contrarrestar su reelección en 2020.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció el arranque de la investigación después de una reunión a puerta cerrada con legisladores demócratas, en la que dijo que la conducta de Trump parecía haber socavado la seguridad nacional y violado la Constitución de Estados Unidos.

“El Presidente debe rendir cuentas. Nadie está por encima de la ley”, dijo Pelosi, quien durante meses había sido reacia a dar luz verde al juicio político o impeachment contra Trump.

El mandatario respondió rápidamente por Twitter; calificó la investigación como una “caza de brujas de porquería”.

El cambio de opinión de Pelosi siguió a informes de que Trump presionó a Zelenski durante una llamada telefónica el 25 de julio para que investigara al candidato demócrata presidencial Joe Biden y a su hijo, Hunter.

Apenas unas horas antes del anuncio, Trump dijo que podría presentar una transcripción de la llamada telefónica, además de confirmar que había retenido casi 400 millones de dólares en ayuda estadounidense a Ucrania, pero negó haberlo hecho para que Zelenski iniciara la investigación.

Trump, quien ha resistido repetidos escándalos desde que asumió el cargo, en enero de 2017, dijo que el miércoles se publicará una transcripción completa y desclasificada de la llamada.

La controversia salió a la luz después de que un denunciante del área de Inteligencia de EU presentó una queja ante un organismo de control interno sobre la conversación, a la que tuvo acceso.

LEG