Foto: Daniel Perales La mayoría de negocios ubicados sobre Avenida 5 de Mayo y en el Zócalo cerraron ante el temor de posibles actos vandálicos; sin embargo, poco pudieron hacer ante las agresiones  

La mayoría de negocios ubicados sobre Avenida 5 de Mayo, así como los portales del Zócalo capitalino, principalmente joyerías y restaurantes, cerraron ante el temor de posibles actos vandálicos por la manifestación por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.

 

A partir de las 17:00 horas, las tiendas de ropa, restaurantes y diversos comercios bajaron sus cortinas ante la inminente llegada de más de cinco mil manifestantes que se dirigían al Zócalo capitalino.

 

 

Durante la manifestación, sobre todos los grupos embozados y encapuchados que marchaban a la retaguardia vandalizaron un hotel frente a la Alameda Central.

 

Un poco antes, ese mismo grupo agredió a un periodista y a un camarógrafo que realizaban cobertura de la marcha por los 43 estudiantes desparecidos hace cinco años en Guerrero.

 

 

A su paso esos jóvenes, que no pertenecen a ningún contingente de apoyo de familias y que en su mayoría estaban vestidos de negro, destrozaron una puerta de cristal y prendieron fuego en el acceso de un restaurante sobre Paseo de la Reforma.

 

También realizaron pintas y destrozos al monumento de la Glorieta de Colón, además de las paredes y rejas del Senado de la República.

 

 

Mientras esos disturbios ocurrían, integrantes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes realizaban cortes a la circulación, sólo se mantenían a la expectativa, sin intervenirr para frenar los desmanes.

 

Las pintas también se realizaron en distintos vagones del Sistema de Transporte Colectivo Metro, así como en estaciones como Insurgentes, Balderas y Sevilla.

 

A las 18:00 horas la vanguardia de la marcha, encabezada por los padres de los normalistas desaparecidos, cruzó Lázaro Cárdenas y se dirigía por 5 de Mayo al Zócalo capitalino.

 

 

 

 

 

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