Sin duda la lucha libre y el cine mexicano son una dupla que van de la mano, pues a lo largo de la historia el séptimo arte tiene un gran legado de filmes con ídolos del pancracio. Y ahora nace Un México perro, documental que retrata la vida del gran Perro Aguayo, el can de Nochistlán.
Rafa Aparicio dirigió el documental que saldrá en unos meses en cines, y se dio un tiempo para visitar las instalaciones de 24 HORAS, y hablar de todo lo que vivió para llevar a la pantalla grande la vida dentro y fuera del cuadrilátero de un ídolo contemporáneo de la cultura mexicana.
¿De dónde sale la idea de rendir un tributo al Perro Aguayo?
-Somos dos cineastas, Andrés Klimek y Rafa Aparicio los directores de Un México perro, el héroe verdadero. El año pasado en una travesía por festivales en Europa, Andrés y yo nos dimos cuenta que no sólo nos identifican en el mundo por el mariachi, la charrería o el tequila, sino que también nos identifican por la lucha libre, y al regresar a México vimos una gran área de oportunidad, sobre todo antropológica para contar a través de los ojos de un personaje tan emblemático.
¿Cuál era el estado de Pedro Aguayo cuando graban el documental?
-Claro, don Pedro estaba vivo. La familia se enteró, y ahí hubo un puente muy interesante que fue Khan del Mal, el es el propietario de la marca Perros del Mal. Al contar una biografía, lo primero que tienes que hacer, es avisarle a la familia que vas a plasmar su vida.
¿Qué referencias tuviste del Perro Aguayo?
-Si me tocó verlo un par de veces, pero yo era muy pequeño. Justo queríamos hablar desde un punto de vista objetivo. Nos juntamos con gente involucrada en el mundo de la lucha libre como el Rudo Rivera, Javier Sahagún.
¿Porqué contar la vida de un personaje como Perro Aguayo?
-Desde un inicio queríamos contar la vida de un héroe que está en el inconsciente colectivo de todos los mexicanos y que a pesar de que fue rudo, es muy querido dentro y fuera de la lucha libre.
¿Cómo logras transmitir la vida de alguien a quien no tienes acceso?
-La familia nos dijo que teníamos acceso al nombre, a la marca, contar con su círculo más cercano, pero no pueden contar con don Perdro. Eso fue un shock para nosotros. Ahí surge un documental subjetivo, y la cámara se vuelve el Perro, y por eso se llama Un México Perro.
¿Cuándo lo puede ver la gente?
-Nosotros queremos presentarlo el próximo año, en el primer trimestre nos vamos a festivales de cine (Sundance y Cannes). Posteriormente lo presentamos en salas comerciales, y luego lo metemos a una plataforma digital.
LEG