El gobierno del presidente Donald Trump dijo que planea permitir que sólo 18.000 refugiados se asienten en Estados Unidos en el año fiscal 2020, la cifra más baja en la historia moderna del programa de refugiados.
En una medida criticada inmediatamente por activistas como un ultraje a los compromisos humanitarios del país, el gobierno dijo que tenía que cambiar su enfoque para procesar cientos de miles de solicitudes de asilo pendientes, la mayoría presentadas por inmigrantes centroamericanos que cruzaron la frontera con México.
“La actual carga sobre el sistema de inmigración de Estados Unidos debe ser aliviada antes de que sea posiblemente nuevamente reasentar a un gran número de refugiados”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado.
Al mismo tiempo, el presidente Donald Trump emitió un decreto que dice que su gobierno buscaría la aprobación de gobiernos estatales y locales para reasentar refugiados en sus comunidades, en un cambio respecto al programa organizado a nivel federal.
Trump ha hecho de la reducción de la inmigración una parte central de su presidencia. Uno de sus primeros actos luego de asumir el poder en enero de 2017 fue emitir una orden para limitar la cifra máxima de refugiados para ese año a 50.000, menos de la mitad del número que el expresidente Barack Obama había establecido meses antes.
La nueva cifra propuesta incluye topes específicos para los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos, dijo a periodistas un funcionario de alto rango.
De los 18.000 cupos, 4.000 estarían reservados para iraquíes, 5.000 para quienes escapan de la persecución religiosa y 1.500 para personas de Honduras, Guatemala y El Salvador. Eso deja 7.500 lugares, o cerca de un 40%, para el resto de los solicitantes.
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