El líder conservador Sebastian Kurz triunfó en las elecciones parlamentarias del domingo en Austria, como era de esperar, pero necesitará un socio de coalición para formar un gobierno estable, al tiempo que el escrutinio le dejó varias opciones a lo largo del espectro político.
La votación se produjo tras el colapso en mayo de la coalición de Kurz con el Partido de la Libertad (FPO), de extrema derecha, tras un escándalo por la divulgación de un video que obligó a dimitir al vicecanciller Heinz-Christian Strache, un miembro del FPO.
Kurz, de 33 años, no se ha visto afectado por el escándalo, e incluso ha ganado votantes del FPO, cuyo apoyo ha caído desde poco más de una cuarta parte del electorado en la última votación de 2017 a aproximadamente una quinta parte.
Como lo predijeron las encuestas de opinión durante meses, el Partido Popular de Kurz (OVP) obtuvo un cómodo primer puesto, con un 37,2% de los votos, según una proyección de la encuestadora SORA para la cadena de televisión ORF publicada poco después de que terminara la votación.
Los socialdemócratas quedaron en segundo lugar con un 22,0%, muy por delante del FPO con un 16,0% y de los Verdes con un 14,3%, según la proyección. Tiene un margen de error de 1,8 puntos porcentuales.
“Estamos muy seguros. Tenemos un objetivo claro, ser los primeros en estas elecciones. Queremos mejorar nuestro resultado”, dijo Kurz a periodistas antes de emitir su voto en Viena, refiriéndose al 31,5% que su partido, el OVP, logró en las últimas elecciones de 2017.
Kurz ha dicho que hablará con todos los partidos si gana las elecciones. Sus dos opciones más probables son aliarse de nuevo con el FPO o con los Verdes y con Neos. Una coalición centrista con los socialdemócratas es posible pero poco probable bajo su actual liderazgo.
CS