PARÍS.- El ex presidente francés, Nicolas Sarkozy, será juzgado por la presunta financiación irregular de la campaña de 2012, después de que el Tribunal de Casación de Francia rechazó su recurso presentado para evitar sentarse en el banquillo de los acusados junto a más de una docena de personas.
La corte apoyó de esta forma el dictamen previo y desestimó el último recurso que le quedaba a Sarkozy para evitar un juicio oral por el llamado caso “Bygmalion”, por lo que ahora queda fijar la fecha del inicio de las vistas, según fuentes judiciales, citadas por el diario francés Le Monde.
Sarkozy, quien fue presidente de 2007 a 2012, es acusado de haber superado el límite autorizado de 22.5 millones de euros (24.5 millones de dólares) en gastos de campaña en marzo y abril de 2012, un delito sancionable con un año de prisión y tres mil 750 euros de multa (poco más de cuatro mil dólares).
Francia fija un límite para los gastos de campaña y se cree que la empresa Bygmalion amañó facturas para permitir que el partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), gastara el doble de la cantidad que permite la legislación.
La investigación del llamado caso “Bygmalion” fue abierta en 2014, año en que la prensa reveló que el ex mandatario superó el límite máximo de gasto permitido durante una campaña electoral.
En febrero de 2017, el juez instructor consideró que Sarkozy debía comparecer ante un tribunal junto con otros 13 acusados, sin embargo, el ex jefe de Estado recurrió esa decisión, que finalmente fue validada este martes por el Tribunal de Casación, la más alta instancia judicial de Francia.
Su abogado, Emmanuel Piwnica, hizo notar en la cadena “BFM TV” que lo único que se le reprocha a su cliente es haber sobrepasado los límites de financiación, pero que no estaba implicado ni conocía la supuesta trama de falsificación de facturas.
El caso “Bygmalion” es uno de los tres escándalos que persiguen a Sarkozy, quien también es acusado de otros delitos de corrupción y tráfico de influencias en el escándalo “Bismuth”, el nombre usado por el ex presidente para utilizar un teléfono privado con el que pudo “traficar” con algunos jueces “intercambio de favores”.
Varios jueces además siguen la instrucción de un tercer escándalo, mucho más oscuro: la posible financiación del régimen libio de Muamar Gadafi durante la campaña que en 2007 lo llevó al Elíseo, algo por lo que fue imputado en marzo del año pasado.
MGL