La policía de Hong Kong disparó el martes gases lacrimógenos y balas de goma a manifestantes prodemocracia que lanzaron cócteles molotov en el centro financiero asiático, en un día en que China celebró el septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular.
Los enfrentamientos se extendieron desde el exclusivo distrito de Causeway Bay a la zona del Almirantazgo, donde se encuentran las oficinas gubernamentales de la isla. La violencia también escaló por el puerto hasta Kowloon y a los Nuevos Territorios, en la jornada de disturbios más generalizada en casi cuatro meses.
Reportes del diario South China Morning Post y de la televisión indicaron que al menos una persona resultó herida en el pecho por disparos de la policía. Las autoridades no respondieron a las solicitudes de comentarios, pero en enfrentamientos anteriores ya dijeron que habían disparado con fuego real apuntando hacia el aire.
Las imágenes de video de un agente disparando desde cerca a un manifestante se volvieron virales, pero no pudo verificarse de inmediato su autenticidad. Las autoridades sanitarias dijeron que hubo 15 heridos en todo el territorio, uno de ellos en estado crítico, aunque no aportaron más detalles.
La policía disparó agua con cañones y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que lanzaron cócteles molotov fuera de la oficinas del gobierno central en la zona del Almirantazgo y ordenaron la evacuación del aledaño edificio del Consejo Legislativo.
La policía dijo que los “alborotadores” usaron líquidos corrosivos en Tuen Mun, en el oeste de los Nuevos Territorios, “hiriendo a múltiples oficiales de policía y reporteros”. No se aportaron detalles de manera inmediata.
El territorio lleva semanas de tensión, con protestas que se han vuelto a menudo violentas, mientras las autoridades intentan impedir que los activistas frustren las celebraciones organizadas por Pekín en un momento en que el gobierno central lidia con una guerra comercial con Estados Unidos y una desaceleración de la economía.
Casi cuatro meses de enfrentamientos callejeros y manifestaciones han sumido a la antigua colonia británica en su mayor crisis política en décadas, planteando el mayor desafío popular al presidente Xi Jinping desde que llegó al poder.
Más temprano, miles de manifestantes vestidos de negro, algunos con máscaras de Guy Fawkes (inspiradas en el cómic “V de Vendetta” y popularizadas por el colectivo Anonymous), marcharon desde Causeway Bay hacia el cuartel general del Gobierno en el Almirantazgo, desafiando la prohibición de manifestarse.
“No soy joven, pero si no marchamos ahora, nunca tendremos la oportunidad de volver a pronunciarnos, es así de simple”, dijo una manifestante cerca de Causeway Bay, una mujer de 42 años que tiene su propia compañía de logística y que se identificó como Li.
En contraste con lo que sucedía en Hong Kong, en Pekín se celebraron festividades cuidadosamente coreografiadas por el aniversario, que incluyeron un desfile militar en la Plaza de Tiananmen, con una nuestra de nuevos misiles y la celebración de los avances tecnológicos del país.
La cúpula dirigente del Partido Comunista está decidida a proyectar una imagen de fortaleza y unidad nacional frente a retos como los disturbios en Hong Kong.
“En nuestro camino hacia adelante, debemos preservar los principios de reunificación pacífica y un país, dos sistemas; mantener una prosperidad y estabilidad duradera en Hong Kong y Macao (…) y seguir esforzándonos por la reunificación completa de la patria”, dijo Xi en un discurso televisado a la nación.
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