Mientras el Presidente de China, Xi Jinping, resaltaba en Beijing que ninguna fuerza puede sacudir el estatus de China ni impedir que el pueblo y la nación avancen, al menos 31 personas resultaron heridas (entre ellas un joven con un disparo en el pecho), y otras 50 fueron detenidas durante violentas protestas en Hong Kong.
Todo enmarcado en las conmemoraciones del 70 aniversario de la fundación de China, celebradas ayer en la nación asiática.
El líder prometió que el país se mantendrá en el camino del desarrollo pacífico y seguirá una estrategia de apertura mutuamente beneficiosa.
Observó junto a decenas de funcionarios el despliegue militar, donde destacó la presentación del misil DF-41, con un alcance operativo de más de 14 mil kilómetros y puede transportar alrededor de 10 ojivas nucleares con objetivos independientes, capaces de impactar en cualquier parte de la Tierra, según el Centro de Estudios Estratégicos y Estudios Internacionales de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, decenas de miles de hongkoneses marcharon por las principales avenidas de la entidad, desde el centro financiero de Causeway Bay, hasta la sede del Gobierno y el edificio del Consejo Legislativo, que fue evacuado ante la ira de los manifestantes.
En su recorrido, algunos inconformes causaron destrozos en cajeros automáticos del Banco de China, realizaron pintas en instalaciones públicas y comercios, prendieron fuego en una estación del metro y lanzaron bombas molotov a policías antimotines.
En respuesta, la Policía disparó gases lacrimógenos, balas de goma y fuego real contra los manifestantes, principalmente en el área residencial de Wong Tai Sin y el distrito de Tuen Mun, donde uniformados y reporteros resultaron heridos lanzamiento de un líquido corrosivo por parte de un grupo de jóvenes.
La Policía de Hong Kong confirmó el arresto de 51 personas y confiscó una gran cantidad de armas y materias primas para la fabricación de bombas de gasolina y explosivos improvisados.
fahl