BAGDAD.- El número de muertos por unas violentas protestas en Irak subió este viernes a 46, la mayoría de ellos fallecidos en las últimas 24 horas luego de una agudización de la crisis, mientras que el clérigo más poderoso del país culpó directamente a los políticos por los disturbios.

En una inusual intervención, el gran ayatolá Ali al-Sistani, cuya palabra es ley para la mayoría de los musulmanes chiíes, pidió a los manifestantes y a las fuerzas de seguridad que eviten la violencia. Pero también ordenó que las facciones políticas respondieran a las demandas.

“Es triste que haya habido tantas muertes, caídas y destrucción”, dijo Sistani en una carta leída por su representante Ahmed al-Safi durante un sermón en la ciudad sagrada de Kerbala.

“El Gobierno y los políticos no han respondido a las demandas de la gente de luchar contra la corrupción ni han logrado nada en el terreno”, sostuvo. “El Parlamento tiene la mayor responsabilidad de lo que está sucediendo”.
En un discurso televisivo durante la noche, el primer ministro Adel Abdul Mahdi dijo que entiende la frustración de la gente pero destacó que no hay una “solución mágica” para los problemas de Irak. Prometió reformas, pero hasta ahora los manifestantes han despreciado los anuncios.

Las violentas marchas se han intensificado día a día desde que estallaron el martes, extendiéndose espontáneamente por todo el país y tomando por sorpresa a las autoridades.

Las fuerzas de seguridad han disparado munición real contra multitudes de hombres principalmente jóvenes, y los manifestantes armados han respondido. Cientos de personas han resultado heridas.

Las autoridades impusieron toque de queda en varias ciudades, cerraron caminos hacia la capital desde el norte y el noreste y enviaron refuerzos al este densamente poblado de Bagdad. También se enviaron convoyes militares a Nassiriya, la ciudad más afectada por la violencia.

gac