De acuerdo con una investigación de la Facultad de Ciencias Marítimas de la Universidad de Kobe, observar el mar produce sentimientos de tranquilidad, anhelo, encanto y asombro.

Los especialistas señalaron que estas emociones promueven una mentalidad más positiva y comportamientos que fomentan nuestro bienestar. Y es que visitar las costas te permite sentir la suave arena debajo de los pies, escuchar el sereno sonido de las olas y gozar de paisajes naturales como atardeceres únicos.

En el mismo sentido, un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology, subrayó que visitar la playa provoca un mayor sentimiento de restauración; el cual hace que la gente se sienta tranquila, relajada, revitalizada y renovada.

Los investigadores apuntan que el alto contenido de magnesio en el agua de mar puede ayudar a calmar la ansiedad. Por ello, pasar unos días en la playa es una terapia recomendada para quienes sufren de nerviosismo, estrés o depresión de leve a severa.

Sabías que:

Recorrer la playa ayuda a relajarnos, pues logra desconectarnos de las actividades diarias y presiones.

 

El nivel de sal, minerales y oligoelementos que tiene el agua de mar hace que tenga efectos curativos.

 

Practicar actividades acuáticas hará que te diviertas y aprendas cosas nuevas en escenarios fantásticos.

 

El yodo de la brisa del mar disminuye el ritmo cardíaco y el nivel de estrés.

 

Al final del día, la siesta que tomes te proporcionará un descanso como nunca antes.

 

El aire del mar mejora la circulación periférica y con la arena se activa el flujo sanguíneo.

El sol es una fuente principal de vitamina D, siempre con bloqueador.

 

LEG