Foto: Reuters Un oficial estadounidense del área de Inteligencia es el segundo informante de presuntas actividades ilegales del presidente Donald Trump, confirmó el abogado Mark Zaid, representante legal del primer informador  

Aparece oficial de Inteligencia como segundo informante de presuntas actividades ilegales del presidente Donald Trump tras su llamada con el presidente de Ucrania; los legisladores exigen la entrega de los documentos probatorios sobre dicha llamada; el mandatario se niega y lo acusan de obstrucción; insiste a China investigar a Biden

Nuevas y sorprendentes revelaciones aumentaron la tensión y confrontación entre la Casa Blanca y el Congreso. La investigación para lograr el impeachment contra el presidente Donald Trump se intensificó mientras, iracundo, el mandatario mostró su nivel más bajo y vulgaridad, insultando con lenguaje corriente -nunca escuchado de un presidente estadounidense-, al senador republicano por Utah, Mitt Romney, pidiendo sea sometido a juicio político, en respuesta a sus críticas.

Un oficial estadounidense del área de Inteligencia es el segundo informante de presuntas actividades ilegales del presidente Donald Trump, confirmó el abogado Mark Zaid, representante legal del primer informador.

El abogado hizo la confirmación a la cadena ABC y precisó que el segundo informante tiene conocimiento de primera mano de algunas de las revelaciones hechas.

El 25 de julio Trump llamó por teléfono a su par ucraniano, Volodímir Zelenski, y le solicitó investigar al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter.

La revelación de esa solicitud, hecha por un oficial de Inteligencia, llevó a la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, a iniciar una investigación de juicio político contra Trump.

El viernes los representantes Eliot Engel, Adam Schiff y Elijah Cumming, solicitaron al vicepresidente Mike Pence la entrega de documentos sobre su papel en el caso, así como los motivos por los cuales se retrasó la entrega de asistencia militar a Ucrania.

El mismo día el mandatario, quien ya había entregado la transcripción de su conversación del 25 de julio, dijo que la petición a Zelenski y también a China, no obedecía a motivos políticos, sino a una investigación sobre presunta corrupción, la cual estaba obligado a realizar.

En el caso del congresista, Trump expuso:

“Mitt Romney nunca supo cómo ganar, es un asno pomposo que me ha estado peleando desde el principio, excepto cuando vino a suplicarme que lo apoyara para el Senado, como lo hice, y cuando me suplicó que lo hiciera Secretario de Estado, lo que no hice…”, escribió Trump en Twitter.

“Que alguien diga a Romney que mi llamada telefónica con el presidente de Ucrania fue congenial y muy apropiada”, agregó.

Acorralado y angustiado, Trump insiste en presentarse como la “víctima de una cacería de brujas”, insistiendo en que la llamada que sostuvo con el presidente Zelenski fue adecuada, lo que cada vez mas testimonios y evidencias revelan, fue todo lo contrario.

La llamada -culminación de una operación encubierta de la Casa Blanca de Trump, que condicionó ayuda solicitada por Zelenski a que investigara a Hunter Biden y a su padre, el aspirante presidencial demócrata Joe Biden, en busca de información negativa que Trump pudiera usar para revivir su campaña por la reelección en 2020-, fue denunciada por un whistleblower de la CIA a la Dirección Nacional de Inteligencia, accionando el impeachment que Trump había logrado conjurar cuando su procurador William Barr manipuló el Reporte Mueller sobre colusión y obstrucción, el cual impidió difundir.

El fin de semana, los presidentes de los comités de inteligencia, supervisión y relaciones exteriores del Congreso exigieron a la Casa Blanca entregar una larga lista de documentos y comunicaciones del vicepresidente, Mike Pence, relacionadas con Ucrania, igual que al Departamento de Estado, apercibiéndolos de que “no cumplir las órdenes legislativas por instrucciones del presidente o cualquier otro funcionario constituirá evidencia de obstrucción a la investigación del Congreso y podría ser usada como injerencia adversa contra el jefe de Gabinete, Mike Mulvaney, y el presidente Trump.

El mandatario respondió que enviaría una carta a rechazando entregar los documentos, hasta en tanto no se someta al pleno una resolución para determinar el impeachment.

Trump se defiende argumentando que los demócratas tratan de suprimir “la voz y voto de los electores” y cambiar el resultado de la elección que lo favoreció, así como de “tratar de tomar el control del país”.

El juicio contra Trump, que hasta hace un mes solo aprobaba 37% de votantes, dió un sorprendente e histórico vuelco después de la llamada telefónica con el presidente de Ucrania, disparando el apoyo a 49%.

Según las últimas encuestas, “los estadounidenses están mas ansiosos de juzgar políticamente a Trump, en una postura que contrasta con de la que se manifestó durante los juicios políticos contra Richard Nixon y Bill Clinton.

En octubre de 1998, 45% estaba de acuerdo en juzgarlo, contra 53% que se oponían, según una encuesta de la cadena CBS/New York Times, números que cambiaron en sentido opuesto con Trump, disparando la mayoría a 51% de apoyo y 44% en contra. Y en el caso de Richard Nixon, solo 38% justificaba el juicio, contra 53% que se oponía, según una encuesta de Gallup.

Cómo fue la negociación

Una semana antes de la llamada telefónica con su homólogo Ucraniano, el presidente Trump pidió a un equipo, encabezado por Rudy Giuliani, su abogado personal, contactar al Gobierno del presidente Zelenski, para negociar los términos de la asistencia militar, y una entrevista en la Oficina Oval, que había solicitado con una legitima desesperación, para detener incursiones de fuerzas paramilitares rusas a su país, la pérdida de Crimea arrebatada por Moscú y continuos ataques de separatistas rusos.

A través de su asistente, Andrey Yermak, el presidente ucraniano fue informado de que para conseguir el apoyo tenía que comprometerse por escrito a investigar a Hunter Biden, quien trabajó para la empresa de energía Burisma, y a su padre, el ex vicepresidente demócrata Joseph Biden, su muy posible contendiente en la elección presidencial de 2020, por su eventual participación en busca de evidencia, lo que accionó operaciones de contrainteligencia acerca de los multiples contactos que sostuvieron integrantes de la campaña de Trump con funcionarios y oligarcas rusos y que tras la investigación, llevaron al encarcelamiento de Paul Manafort, su ex director de campaña.

Asesorado por Giuliani, Trump aún cree que, asegurando que con su selectivo combate contra la corrupción, que comenzó cuando vio su desventaja ante Biden, puede obtener información negativa del aspirante demócrata, para compensar su desventaja en las encuestas.

Al cabo de una serie de contactos de sus emisarios, por diversos canales, Trump logró que el nuevo presidente de Ucrania se comprometiera por escrito a abrir una investigación, en la que podrían involucrar a Biden, indagando en la información y evidencia que Ucrania aportó para la investigación sobre la interferencia rusa en la elección de 2016, que favoreció a Trump y que llevó al encarcelamiento de Paul Manafort, quien fue su director de campaña, en lo que se considera también un preocupante abuso de poder presidencial.

 

La Casa Blanca intentó frenar la denuncia anónima

La denuncia confidencial sobre el quid-pro-quo o chantaje político denunciado por un whistleblower de la CIA ante la Dirección Nacional de Inteligencia -investigada y encontrada urgente de resolver por el inspector general Michael Atkinson-, debió ser entregada a los comités de inteligencia del Congreso.

Sin embargo, en lugar del curso que marca la ley, Joseph Maguire, director nacional de Inteligencia, la llevó a la Casa Blanca y Departamento de Justicia, donde trataron de detenerla, y desacreditar al informante, a quien el presidente Donald Trump comparó con un “espía traidor”, lo que refutaron el general Collin Powell, ex secretario de Estado; Madeleine Albright, ex secretaria de Estado, legisladores y otros funcionarios que ven en esta figura protegida por la ley a valientes patriotas que denuncian actos ilegales de autoridades.

Mientras Trump y sus seguidores trataron de desprestigiar al whistleblower, diplomáticos estadounidenses que sirvieron en Ucrania entregaron al Congreso una gran cantidad de mensajes de texto que detallan el curso y términos de la negociación, en la que experimentados diplomáticos calificaron como “una locura” detener fondos críticos de seguridad, solo en beneficio de la campaña de reelección de Trump.

Entran otro informante… y China al tablero

Las cosas se complican para Trump con la aparición del segundo whistleblower de la comunidad de Inteligencia, además que el escándalo y razones para el juicio político crecieron después de que el republicano exigió públicamente -ahora a China-, investigar a Hunter Biden, argumentando que recibía mas de mil 500 millones de dólares anuales sin justificación, según le comentó uno de sus asesores.

Sin embargo, a través del canciller Wang Yi, China expresó que “no interferirá en asuntos internos de Estados Unidos”, en respuesta a la petición de Trump.

“Confiamos en que el Pueblo Americano podrá resolver sus propios problemas”, sostuvo Wang.

Analistas temen que este tema pueda interferir en la negociación comercial entre ambos países.

LEG