En este primer año de gestión, el rescate del campo está en plena marcha y la recuperación de la seguridad alimentaria del país —con soberanía— ha iniciado, afirmó el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.
Apuntó que el Gobierno de México emprendió este cambio de fondo y de forma en el sector primario nacional con acciones orientadas a cerrar brechas entre los productores y las regiones, fortalecer a un sector agroalimentario sustentable e incluyente y brindar apoyos directos para los campesinos y sus familias, que les permitan salir de la pobreza y la marginación.
Al comparecer ante el pleno de la Cámara de Diputados, con motivo de la Glosa del Primer Informe de Gobierno, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) subrayó que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hace uso responsable y honesto de los recursos para estimular las actividades productivas del campo y otorgar mayor respaldo a quien más lo necesita.
En su presentación en el recinto legislativo de San Lázaro, Villalobos Arámbula indicó que en los sectores agropecuario y pesquero del territorio mexicano coexisten dos polos asimétricos: uno moderno, integrado a procesos globales y generador de riqueza, y otro, en el que se perpetúan las condiciones de marginación y atraso.
El modelo de apertura económica y comercial globales —ofrecidos años atrás a los sectores avanzados del sector agroalimentario para ser más competitivos en los mercados internacionales— no alcanzó a los pequeños productores y fue incapaz de sacar de la pobreza a millones de personas, además de que acrecentó la desigualdad y la exclusión, mencionó.
“Más del 55% de la población rural nacional vive en pobreza y, de éstos, el 16.4% registra pobreza extrema”, apuntó.
Sostuvo que esta administración se propone aumentar la disponibilidad de alimentos básicos y reducir la dependencia de las importaciones, con el acompañamiento a los productores y la vinculación de la innovación y las tecnologías, lo que permitirá también incidir en sacar de la pobreza y la marginación a las familias del sector rural.
Señaló que ante una realidad de desigualdad se deberán aplicar políticas diferenciadas y realizar los ajustes necesarios para la operación efectiva de los programas prioritarios, los cuales contribuirán a resarcir la deuda social en los territorios rurales.
La seguridad alimentaria con soberanía, dijo, depende en gran medida de una política de Estado para lograr la autosuficiencia en al menos cinco productos básicos: maíz, frijol, trigo panificable, arroz y leche, reduciendo las importaciones y, en consecuencia, la dependencia externa.
Agricultura entrega recursos de manera directa y promueve inversiones con productores altamente tecnificados
Detalló que el trabajo de los productores nacionales permite registrar una balanza comercial agropecuaria y agroindustrial superavitaria, que alcanzó los seis mil 688 millones de dólares en el reporte de enero a julio de este año.
“Queremos promover inversiones con productores altamente tecnificados y gestionar el otorgamiento de estímulos fiscales para las unidades económicas rurales, además de aplicar precios preferentes para diésel y gasolina en el sector acuícola y pesquero”, apuntó.
Abundó que los programas Producción para el Bienestar, Precios de Garantía, Fertilizantes, Crédito Ganadero a la Palabra y de Apoyo a Cafetaleros y Cañeros, han demostrado que con la entrega de recursos de manera directa y sin intermediarios es posible causar un mayor impacto entre quienes tienen el derecho a recibir estos beneficios.
Especificó que bajo este nuevo esquema para el campo se logró dispersar el 75% del presupuesto a cerca de 1.2 millones de productores en el primer trimestre del año, lo que permitió a los agricultores invertir anticipadamente en insumos productivos en alrededor de 4.5 millones de hectáreas de granos.
Además, dijo, al 30 de septiembre se logró alcanzar el ciento por ciento de las metas programadas en beneficio de 1.8 millones de productores y más de 2.5 millones de predios, con lo cual estos programas han sido el eje de las acciones emprendidas en el sector y el principal instrumento para orientar el rescate del campo mexicano.
Aseguró que, con la ampliación de la canasta básica, que pasó de 23 a 40 productos, se brindan mayores opciones alimentarias a los habitantes de las regiones de alta y muy alta marginación y en localidades en situación de emergencia o desastre; son algunas acciones con las que “estamos dando de comer a quienes nos dan de comer”, acotó.
Puntualizó que 4.3 millones de unidades económicas rurales (81.3%) tienen una agricultura familiar, de subsistencia y autoconsumo, o con limitada vinculación al mercado, segmento al que fue posible destinar el 49% del presupuesto con los programas Producción para el Bienestar, Precios de Garantía, Fertilizantes, Crédito Ganadero a la Palabra y de apoyo a cafetaleros y cañeros.
“Estamos comprometidos con el desarrollo de una agricultura sostenible mediante un manejo adecuado de los recursos agua, suelo y la reducción de los impactos ambientales en las actividades primarias, con prácticas de adaptación a los efectos del cambio climático y la protección de la biodiversidad”, indicó.
Incorporación y atención a todos los productores del país
El secretario Víctor Villalobos precisó que el gobierno promoverá la incorporación y atención de todos los productores en condiciones favorables, orientando recursos a la provisión de bienes públicos para la información agroalimentaria, servicios de sanidad e inocuidad y el financiamiento para actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras y acuícolas.
Igualmente, a la inversión en innovación, investigación y tecnología vinculada a las necesidades de los productores; el desarrollo de capacidades y extensionismo; el fortalecimiento de las cadenas agroindustriales, y el acompañamiento a los exportadores, a fin de aumentar el flujo de sus mercancías y la diversificación de mercados agroalimentarios, concluyó.
gac