Autoridades iraquíes reabrieron hoy la fortificada “Zona Verde”, que alberga las oficinas de gobierno y embajadas extranjeras, después de permanecer cerrada por una semana de violentas manifestaciones contra la corrupción y el desempleo, que dejaron 110 muertos.
La “Zona Verde volvió a abrir después de ‘negociaciones exitosas’ entre la oficina del primer ministro Adil Abdul Mahdi y los manifestantes”, informó la Agencia Nacional de Noticias Iraquí (NINA), luego de que la normalidad comenzó a regresar al área.
El jefe de gobierno iraquí impuso restricciones de seguridad en la fortificada zona del centro de Bagdad para evitar el ingreso de manifestantes y frenar los disturbios, destrozos y los enfrentamientos, que algunos inconformes protagonizaron con las fuerzas armadas y la Policía.
La capital iraquí y otras ciudades del sur iraquí han sido sacudidas desde el 1 de octubre pasado por una ola de protestas, en las que miles de hombres, en su mayoría jóvenes se han manifestado en contra de la corrupción, el desempleo y los deficientes servicios públicos del país.
El Ministerio del Interior confirmó que al menos 110 personas perdieron la vida, entre ellas ocho elementos de las fuerzas de seguridad, y más de seis mil más resultaron heridas en las protestas, reprimidas en varias ocasiones por militares y policías con balas reales.
De acuerdo con el breve despacho de la agencia oficial iraquí, la calma regresó a llegar a la “Zona Verde” gracias a los esfuerzos del presidente iraquí Barham Salih para atender las demandas de los manifestantes e impulsar el plan de reformas presentado el fin de semana por el primer ministro.
El plan, aprobado durante la madrugada del domingo tras una reunión extraordinaria del gabinete iraquí, contempla una mejor y mayor distribución de tierras, un incremento en los estipendios de bienestar para familias necesitadas, un subsidio mayor de vivienda a los pobres, programas de capacitación y préstamos para desempleados.
Además, el pago de una indemnización a las familias de los manifestantes fallecidos en las protestas y otros apoyos similares a los que las autoridades conceden a los familiares de los miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos en combate.
PAL