@guerrerochipres
La economía informal es un espacio de sobrevivencia social como lo es de incidencia delictiva. Es en su entorno en que tiene lugar un enorme número de transacciones bancarias interesantes para los delincuentes.
El robo a cuentahabiente es un síntoma de esa vulnerabilidad y del proceso más amplio en que personas desconfían de operaciones digitales y/o tratan de evadir a las autoridades fiscales…y lo logran parcialmente sin hacerlo con los delincuentes.
Como lo demuestran las aseveraciones de las autoridades del poder ejecutivo en relación con el ex magistrado Eduardo Medina Mora, las aparentes o reales irregularidades en relación con transacciones bancarias no solamente ocurren entre quienes tienen muchas más opciones que la informalidad.
Por supuesto, los robos no ocurren solamente en inmediaciones de los bancos.
Riesgos hay por todos lados. Ayer mismo recibí una “invitación” para verificar un cargo por ocho mil pesos en una tienda en línea, llamé al número del que recibí la supuesta alerta y desde luego mandaba a un buzón. Nuestra personalidad digital está expuesta cotidianamente a una variedad de riesgos y amenazas prevenibles en 80%.
Un pequeño error o descuido al que no se le pone atención, como depositar el documento incorrecto en la basura o accesar a un enlace falso puede poner a cualquiera en una situación vulnerable frente al robo de identidad y de datos. Desde hace décadas existen grupos dedicados a revisar la basura para obtener información personal.
La cantidad de fraudes, métodos y anzuelos para concretar un delito financiero se ha diversificado y sofisticado al grado de imitar incluso las páginas oficiales o los protocolos de atención de las instituciones bancarias. La advertencia más reciente de la Condusef es que basta con responder el mensaje de un suplantador para la sustracción de datos, un click y un troyano son suficientes.
Datos de Banxico revelan que, tan sólo en el primer trimestre del año, el robo de identidad ascendió más de 300%. A nivel internacional, México ocupa el octavo puesto en casos de robo de identidad.
La prevención, entonces, no puede darse en un solo sentido. La cultura financiera, el camino para resguardar el propio patrimonio, es indispensable para evitar las redes que han mapeado claramente instituciones como la Asociación de Bancos de México sobre la evolución del delito digital.
No es algo que se aprenda en las escuelas, aunque debería. La Semana Nacional de Educación Financiera (SNEF) es una alternativa para recibir información de primera mano a través de jornadas lúdicas e informativas dedicadas a toda la familia y cuyo fin es que los asistentes descubran y mejoren sus capacidades financieras.
En su tipo, se trata del evento más importante que se realiza en el país; cuenta con el apoyo del Gobierno de México y congrega a organismos públicos y privados. Su óptica, además, tiene presentes a los niños, recordando la importancia de aprender a cuidar el dinero desde que se tiene contacto con él. Se llevará a cabo en la Calzada Juventud Heroica, Primera Sección del Bosque de Chapultepec, del 10 al 13 de octubre, de 9:00 a 18:00 horas.
El próximo sábado 12 de octubre a las 9 de la mañana participaré con la conferencia “El indispensable acompañamiento ciudadano para la seguridad bancaria”, para abordar patrones que hemos detectado gracias a las denuncias que se reciben en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.
Apostemos a la información que nos habilita y empiedra para prevenir.