COLUMNA INVITADA
Por Gerardo Rivadeneyra
No en todos los casos, pero generalmente en ellos impera la soberbia. Se trata de los taxistas de la Ciudad de México, quienes el lunes emplazaron un paro general y bloquearon algunas de las arterias principales de la zona metropolitana. Pero, lejos de lo que ellos esperaban, no muchos los extrañaron.
Se manifestaron en el zócalo y exigieron consideraciones especiales, debido a que su labor ha disminuído al competir con el, cada vez más solicitado, servicio de transporte con chofer por medio de aplicaciones digitales, llámese Uber, Cabify, Didi o Beat.
Ante la actitud que tomaron los taxistas, los ciudadanos y usuarios de este tipo de transporte lanzaron el hashtag #UnaSemanaSinTaxis, como una medida coercitiva contra el gremio de conductores que, sin temor a represalias, tomaron avenidas como Paseo de la Reforma, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, así como las principales entradas y salidas de la megalópolis.
De acuerdo a la plataforma de inteligencia Xpectus Revelio, el tema se hizo viral en las redes sociales. Se publicaron aproximadamente 2 mil tuits con un alcance de 14 millones de personas, mientras que en Facebook el tema tuvo 8 mil publicaciones con un alcance de 1.4 millones de personas.
En la conversación digital, el 64% de los usuarios compartieron información con respecto a la “marcha de los taxistas” y culpaban a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, así como al presidente Andrés Manuel López Obrador, de no darle solución a las peticiones de los taxistas y de la movilidad de a ciudad.
El 34% de los internautas que publicaron al respecto desaprobaron la manifestación y consideraron que los taxistas deben brindar un mejor servicio en lugar de provocar desmanes y tan solo el 2% apoyaron a los conductores.
Los usuarios inconformes con la marcha, denunciaron los abusos y maltratos que reciben por parte de los taxistas, ya que “brindan un mal servicio, además de alterar sus taxímetros, no cuidan sus unidades”. También comentaron que muchas ocasiones los taxistas se van por las rutas más largas o con mayor tránsito para cobrar más y, si no les conviene hacer un viaje rematan con la frase: “no voy para allá”.
Todo lo anterior, según relatan los mismos usuarios, no lo padecen al solicitar los servicios de transporte por medio de las aplicaciones digitales. Este tipo de usuarios encontraron la forma ideal de generar un contrapeso al “movimiento taxista”, gracias al poder de las redes sociales.
Es así que hay muchos ejemplos de cómo la tecnología ha cambiado el modelo de negocio de muchas industrias, como la música y el cine, por citar solo algunas, por lo que todo apunta a que los taxistas deberán adaptarse a las circunstancias, si no quieren “morir” en su intento de rebeldía.