Las cardiopatías son la principal causa de muerte en el mundo, atribuyéndole un 25% de esas muertes al IAM [Infarto Agudo al Miocardio], así lo afirmó Julieta de la Luz, gerente médico del área de cardiovascular en Sanofi México, quien también aseguró que “en México existe una tasa de mortalidad tres veces más alta que en otros países, y se estima que cada día fallecen 200 mexicanos a consecuencia de un infarto al corazón”.

Sociedades médicas e instituciones públicas y privadas, como la Sociedad Mexicana de Cardiología, el Instituto Nacional de Cardiología “Dr. Ignacio Chávez” y el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, en colaboración con la farmacéutica Sanofi, buscan difundir los programas existentes para diagnosticar y brindar tratamientos adecuados al paciente víctima de un infarto ante la creciente necesidad de disminuir la presencia de enfermedades cardiovasculares.

Los institutos de salud han implementado el Programa Nacional para la Reducción de la Mortalidad por el Infarto Agudo al Miocardio (Premia) y el Programa Código Infarto para establecer un protocolo de tratamiento para las personas que sufran un infarto al corazón.

Alexandra Arias, coordinadora de Premia, destacó que “es indispensable que existan sistemas de atención del infarto que canalicen urgentemente a los pacientes (…) ya que las primeras horas son clave”. La asociación de pacientes con enfermedades cardiovasculares, Cardioalianza, señala que la mayoría de las muertes por infarto ocurren porque el paciente no le tomó la debida importancia a los síntomas en la primera hora o porque no fue atendido apropiadamente.

Por otra parte, Diego Araiza, coordinador adjunto de Premia, aclaró que “El cuidado del corazón es tarea de todos los días”, explicó que se debe ahondar en la prevención y reducir los factores de riesgo (alto grado de colesterol en la sangre, fumar, beber, entre otros).

Araiza, expuso que una vez que el paciente tiene un infarto es más probable que lo vuelva a tener, es por eso que se debe consultar al médico para llevar a cabo un plan de prevención secundaria que evite un segundo ataque.

El jefe de urgencias en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Erik Ramírez, comentó que el uso de clopidogrel y ácido asetilsalicílico puede ayudar a extender el tiempo vital del paciente una vez presentados los síntomas, así como disminuir la posibilidad de un segundo infarto durante el mes siguiente. Además, una dosis de ambos medicamentos puede evitar otras afectaciones como la muerte cerebral.

 

PL