Foto: Cuartoscuro Sánchez Cordero se sentiría satisfecha si tras su paso por la Secretaría de Gobernación el país se pacificara y llegara a un estatus de tranquilidad  

Olga Sánchez Cordero, única funcionaria que ha ejercido en los tres poderes de la Unión, sostiene que desde ya hace tiempo México está más que preparado para tener una mujer presienta de la República y, desde su punto de vista, hay candidatas tanto en Morena como en otros partidos, así como independientes.

 

“Te lo digo de una vez, yo me descarto; tengo 72 años, al terminar este sexenio tendré como 78 años, más 6, tendría 84. Pienso que hay mujeres jóvenes y muy bien preparadas y capaces, que podrían sin duda llegar a ser presidente de este país”, dijo la secretaria de Gobernación en entrevista exclusiva con Notimex.

 

“¿Ejemplos?”

“¡Uf! Hay muchos. Por ejemplo, la jefa de Gobierno, la secretaria de Bienestar, de la Función Pública, son candidatas reales; los otros partidos políticos también podrían tener candidatas, ya estuvo Josefina Vázquez Mota, incluso Patricia Mercado, que hizo un buen papel como candidata, o Cecilia Soto”.

 

No obstante, quien se convirtió en la primera notaria pública de la Ciudad de México en los años ochenta, advierte que desde su posición al frente de la Secretaría de Gobernación ha percibido misoginia, pues en esta sociedad ha habido quizá desde siempre un tema patriarcal.

 

“No estaban acostumbrados a una secretaria de Gobernación. Te puedo decir que aún dentro de los equipos, el tema de que ‘yo como hombre lo puedo hacer mejor que ella’, está presente”, reveló.

 

 

EL TREN MAYA Y EL PATRIMONIO AMBIENTAL

La secretaria de Gobernación asegura que la dependencia a su cargo contempla en su agenda atención a asuntos relacionados con la biodiversidad, el patrimonio ambiental y el cambio climático.

“Todo impacta en Gobernación, porque por ejemplo las poblaciones donde explotan las minas están sufriendo la contaminación del agua, las mineras tienen que dar respuesta y volver a hacer algunos tratamientos de aguas o dar fuentes alternativas de agua a la población”.

“Impacta al medio ambiente; entonces, las comunidades pueden venir a la Ciudad de México a manifestarse por alguna situación, tenemos por ejemplo la contaminación del Río Sonora, que todavía no acaba el tema. Y acaban de contaminar el mar de Cortés, también…, (pero) incluso el tema del fraking tiene un impacto en Gobernación”.

 

Sobre el proyecto del Tren Maya, Sánchez Cordero dijo que la administración está obligada a hacer consultas a pueblos indígenas y a pobladores de la zona en general.

“No obstante, podría haber comunidades que no son indígenas, por ello no son consultas indígenas mandatas por las Constitución en el artículo segundo. Pero sí podría haber una participación”.

“Yo opino que si una obra de infraestructura no tiene un derrame económico importante para toda la población (…), la comunidad la va a rechazar sin más remedio”.

 

En este sentido, la funcionaria auguró el avance del plan, bajo la premisa de que cuando las comunidades hacen suya las obras de infraestructura y estas tienen un derrame económico, la comunidad sin remedio la hace suya.

“Sin embargo, cuando se impone por la fuerza, sin consulta, se va a tener un rechazo de la comunidad. Ahora, nosotros con el Tren Maya, o el tren interoceánico, estamos intentando hacer una participación para las comunidades hagan suyas las obras y tengan beneficios económicos”.

 

 

LAS PRIVACIONES DE OLGA

La ministra recuerda que a sus 47 años de edad, cuando llegó a la Suprema Corte, pensó que arribaba a la culminación de su vida profesional, como lo piensa todo abogado, pero luego participó como constituyente en la primera Carta Magna de la Ciudad de México, “porque me encanta la construcción normativa”.

 

Aquella actividad la disfrutó, al grado que posteriormente decidió acudir ante el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, a quien conoce desde que fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, por medio del ministro Genaro Góngora Pimentel, a externarle su deseo de ser senadora.

 

El presidente la avaló y fue tercera en la lista, pero días después la invitó a su entonces inminente gabinete como secretaria de Gobernación. “Fue muy fuerte para mí”, confesó.

 

A estas alturas, a sus 72 años, Sánchez Cordero adelanta una respuesta que le dará a su nieto que próximamente la entrevistará en el colegio donde estudia ante la pregunta: ¿Cuál es uno de los aprendizajes de su vida?

“Todos los días aprendo, no dejo de aprender”.

 

La funcionaria dice estar muy cómoda en su cargo, pues disfruta su labor y la hora que al día comparte por las mañanas con el presidente López Obrador, a quien cada vez conoce más y admira por su inteligencia, entrega, congruencia, convicción y sensibilidad social.

 

La secretaria admite que al desempeñar su encomienda se ha privado de momentos en su vida familiar e incluso de pasatiempos.

— He renunciado a un mayor tiempo con mis nietos, que los extraño muchísimo, de repente, en los audios, me mandan sus vocecitas, me llega al corazón; he renunciado a viajes nacionales e internacionales de turista, (…) a pasar mayor tiempo con mi esposo y los hijos, pero ha valido la pena.

 

Sánchez Cordero concluye que se sentiría satisfecha si tras su paso por la Secretaría de Gobernación el país se pacificara y llegara a un estatus de tranquilidad, donde el desarrollo en las diversas facetas pueda concretarse.

“Una reconciliación nacional, es decir, atender a las víctimas, reconciliar al país en esta terrible crisis de derechos humanos en la que hemos vivido en el pasado. Caminar con la población en la construcción de sus derechos, en la paz, en la reconciliación, y sobre todo, que la población tenga bienestar, trabajo y alternativas de actividades de logros”.

 

RYHP