Con el lema “legisla hoy o come plástico mañana” y un banquete preparado con diferentes plásticos, Greenpeace México se presentó frente al Senado de la República para expresar la urgencia de una legislación en el país que evite la contaminación plástica de los océanos.
Con un escenario en el que se mostraba un banquete con productos del mar fabricados con diferentes plásticos, el coordinador de la campaña de Océanos en Greenpeace México, Miguel Rivas, explicó a Notimex que con esta medida se pretende generar conciencia sobre la contaminación por microplásticos en los océanos y sobre todo de especies que son para el consumo de los mexicanos.
“Es una cena a la que estamos invitando a los senadores, sobre todo a los de la Comisión de Medio Ambiente, para que degusten unos platillos que hemos preparado con un exquisito y delicioso plástico”, subrayó.
Los activistas hicieron un llamado al Congreso local a evitar dilaciones y omisiones que pongan en peligro la salud de los mexicanos y destacaron la necesidad de que la legislación contemple la responsabilidad extendida al productor como una forma de hacer equitativas las responsabilidades en materia de residuos.
Miguel Rivas exhortó a que la legislación se lleve cabo pensando en los ciudadanos, no necesariamente en el interés de los empresarios del plástico.
Dicha legislación de residuos sólidos prevé modificaciones específicas en materia de su uso, sobre la que los ambientalistas de Greenpeace consideran se están cometiendo varios errores en la discusión.
Uno de ellos es la tendencia de pensar en el interés particular de quienes hoy producen este material, ya que se intenta poner “soluciones con salvedades” como el uso de bioplásticos o materiales biodegradables.
Asimismo, existe un concepto llamado “responsabilidad compartida”, con el cual se busca que participen ciudadanos, gobiernos y empresarios. “El problemas aquí es que ese modelo nos culpa a todos y a la vez a nadie hace responsable de esta situación”, dijo.
Por ello, Greenpeace propone que exista una responsabilidad extendida del productor, es decir, que cada industrial o empresa que pretenda ofrecer un nuevo producto al mercado tiene que saber, asegurar y financiar la cadena de recuperación para que ese plástico no afecte al medio ambiente.
Sin embargo, de no asegurar esa inocuidad del producto entonces se tendrá que evitar su salida al mercado.
En segundo lugar, los activistas pidieron la prohibición del plástico innecesario, como es el caso de los envases retornables o canjeables. “Lo desechable tiene que ser un modelo cultural que tiene que desaparecer”, apuntó.
Asimismo, proponen que el etiquetado debería de informar a los consumidores en donde pueden hacer un buen acopio del producto y lo que sucede si no se hace, así como la afectación al medio ambiente.
El último punto es que las personas no se dejen guiar por las falsas soluciones como los bioplásticos o esas propuestas de quemar la basura “porque eso simplemente alimenta un modelo de usar y tirar constantemente”.
Se debe avanzar hacia modelos en los que las cosas duren más, sean reutilizables y por lo tanto su vida se prolongue para no generar residuos.
Existen tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados iniciativas para modificar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos y después de varios meses de trabajo de parlamento abierto no se ha acordado una legislación.
“Llegó la hora de que los legisladores muestren su voluntad política legislando para la ciudadanía y no para proteger a la industria del plástico”, puntualizó.
jhs