La democracia es uno de los grandes avances de las últimas décadas, resultado de históricos acuerdos impulsados por actores políticos y sociales que entendieron la necesidad de transformar a nuestro país. Es también uno de los elementos más frágiles que habrá que preservar y defender en los nuevos tiempos mexicanos.
Así quedó de manifiesto el pasado fin de semana tras la consulta impulsada por el gobernador electo de Baja California, Jaime Bonilla, quien pretende por distintas vías extender el mandato que le fue conferido en las urnas de dos a cinco años, en una clara violación a los preceptos legales y democráticos de ese estado.
Han sido ya varios sus intentos por lograr lo que la población rechaza. Primero, a través de los tribunales locales, sin que tuviera éxito a nivel federal. Posteriormente, mediante una reforma a la Constitución estatal con la que obtuvo una modificación que podría abrirle espacio a la extensión de mandato, sin que ésta se haya transformado en ley por no haber sido aún publicada en el diario oficial de esa entidad.
En su desesperación por manipular las estructuras políticas, con el apoyo de Morena, Bonilla organizó una consulta ciudadana carente de todo sustento legal, rigor técnico y supervisión que permita considerarla como legítima e, incluso, vinculante.
Entre el cúmulo de señalamientos y críticas por este atropello a la democracia, destaca un comentario que cuenta con la suficiente autoridad moral para ser tomado en cuenta. El presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, recordó que Baja California, hace más de treinta años, fue un “laboratorio de virtuosas prácticas democráticas como la lista nominal, la credencial para votar con fotografía y la alternancia”. Tras la consulta de este fin de semana, Córdova sostuvo que, lamentablemente, ese estado es hoy “laboratorio de prácticas antidemocráticas que no deben de prosperar”.
El atropello ya fue cometido y difícilmente se pueden evaluar sus consecuencias. Todo apunta a que la reforma constitucional impulsada por el congreso local será publicada antes de la toma de posesión de Jaime Bonilla, con lo que se le allanaría el camino para la extensión de mandato. Resta un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que sin duda tendrá el apoyo de organizaciones sociales, partidos políticos y, sería lo más conveniente, del poder en turno.
La democracia, logro de los tiempos modernos mexicanos, corre el riesgo de ser vilipendiada por quienes buscan el poder de manera desmedida.
Segundo tercio. La consulta fue organizada por diputados de Morena, estuvo exenta del mínimo rigor técnico, sin garantías de seguridad, las boletas fueron impresas por sus promotores y no contó con supervisión ciudadana. Participaron 53 mil electores, el 1.9% del padrón. La ganaron con 84.2% de los votos.
Tercer tercio. La SCJN tendrá en el caso Bonilla una oportunidad para reiterar su compromiso con la democracia y evitar así el atropello.